La intensa tormenta de nieve desatada en las últimas horas sobre amplios sectores de las regiones de las Grandes Planicies y del Medio Oeste de Estados Unidos, donde viven unos 200 millones de personas, provocó cierres de carreteras y de aeropuertos, cortes de servicios eléctricos y desbordes de ríos.

La tormenta, una “bomba ciclónica” similar a la que atravesó la misma región el pasado 13 de marzo, dejando daños millonarios y al menos cuatro muertos, descargó gran cantidad de nieve principalmente en Nebraska y Dakota del Sur, estados que aún no se han recuperado de las inundaciones provocadas por la tormenta anterior.Pero, precisamente por esa experiencia, esta vez los gobernadores de los estados afectados tomaron medidas preventivas con suficiente antelación para evitar la circulación de vehículos en las carreteras y para que el personal de emergencias ya estuviese en alerta para realizar rescates o responder a accidentes. 

El aeropuerto internacional de St. Paul, en Minneapolis, en el estado de Minesota, a donde llegó el temporal antes de cruzar a Canadá, se vio obligado a ordenar a todos los aviones que permanecieran en tierra hasta que pase la tormenta.

En el aeródromo de Denver, en Colorado, 183 vuelos fueron cancelados y 44 sufrieron notables atrasos debido a la “bomba ciclónica”.

Cerradas las principales rutas interestatales

En Colorado, el gobernador, Jared Polis, activó a la Guardia Nacional para ayudar a motoristas atrapados en las carreteras, aunque esa intervención no fue necesaria debido a que, contrariamente a lo sucedido hace un mes, las principales rutas interestatales se mantuvieron cerradas hasta esta mañana.

El gobernador de Nebraska, Pete Ricketts, pidió a los residentes que no circulasen por las calles de ese estado y, por los fuertes vientos (hasta 100 kilómetros por hora) y la acumulación de nieve (de 30 a 60 centímetros), ordenó el cierre de la Interestatal 80, que se mantendrá cerrada, por lo menos parcialmente, hasta el viernes.

La misma tormenta produjo fuertes lluvias y granizo en las zonas sureste y centro-sur de Nebraska este miércoles por la noche, lo que llevó a Ricketts a extendir la declaración de zona de desastre para su estado hasta el 15 de mayo.

10.000 hogares y negocios sin electricidad

En Dakota del Sur, los medios locales informaron que unos 10.000 hogares y negocios carecían hoy de electricidad debido a los postes derribados por la tormenta o a la caída de árboles sobre el cableado eléctrico. Además, las carreteras en el noreste de ese estado permanecen cerradas debido a reportes de numerosos accidentes.

En Minesota, se reportaron otros 10.000 usuarios sin servicios eléctricos, especialmente en el sur del estado, así como el cierre de la Interestatal 35 al sur de Minneapolis por múltiples accidentes.

Y en Iowa, la nueva tormenta, sumado al deshielo propio de la primavera, generó nuevas inundaciones en la cuenca del río Missouri y sus tributarios.

Según las primeras estimaciones, los daños por las inundaciones en Iowa y en Nebraska, incluyendo destrucción de propiedades y pérdida de ganado y de cosechas, superarán los 3.000 millones de dólares, indican medios locales.

“Consideramos que esta es una tormenta histórica por la fuerte y amplia nevada. Vamos a alcanzar nuevos récords”, dijo Mike Connelly, del Servicio Meteorológico Nacional (NWS) en Aberdeen, Dakota del Sur. EFEverde