Suma y sigue. Roger Federer se metió este viernes en los octavos de final de Roland Garros inclinando a Casper Ruud por 6-4, 6-1 y 7-6(8). La clasificación del suizo para la cuarta ronda en París remarcó algo indiscutible: cuatro años después de jugar por última vez en el segundo Grand Slam del año, Federer ya ha demostrado que es tan competitivo como siempre en tierra batida, pese a sumar 37 años y estar un tiempo alejado de la superficie.

Además, Federer batió un récord: consiguió llegar por decimocuarta ocasión en su carrera a los octavos de Roland Garros, algo que también logrará Rafael Nadal si vence a David Goffin, desempatando con las 13 que consiguió el estadounidense Budge Patty entre 1946 y 1958.

El partido ante Ruud, disputado en la Suzanne Lenglen, se desarrolló en unas condiciones llamativas, haciendo el cruce más especial. De entrada, Federer se convirtió en el primer jugador de la Era Abierta en disputar 400 partidos en Grand Slam, y lo hizo frente a un rival 17 años menor que él.

Christian Ruud, padre de Casper, coincidió con Federer en el cuadro de Roland Garros durante los últimos tres años de su carrera profesional (1999-2001). La estadística habla de la longevidad del suizo, capaz de mantenerse en lo más alto el tiempo suficiente como para enfrentarse a dos generaciones de la misma familia.También Podría Interesarle: El Milagro Lajovic 

Ruud llegó al encuentro con Federer después conseguir dos grandes victorias, sin ceder sets, ante Matteo Berrettini y Ernests Gulbis. Contra el suizo, sin embargo, fue muy diferente desde el arranque del encuentro. Pronto, a mitad del primer set, Federer le arrebató el saque al noruego para imponer su dominio, abriendo ventaja en el marcador y llevándole a perder su primera manga en todo el torneo.

Desde ese momento, Federer aceleró la marcha, firmando un segundo set prácticamente perfecto, que se llevó cediendo un solo juego por 6-1 tras arrancar con un 5-0 de salida, dejando a Ruud sin argumentos con un aluvión de golpes increíbles que apartaron al noruego de su zona de confort, y poniéndole las cosas muy complicadas.

>Ruud protagonizó una reacción en el tercer set. Por primera vez en todo el encuentro, el noruego le rompió el saque al suizo, poniéndose 2-0 y soñando con decir algo más en el partido. En un abrir y cerrar de ojos, Federer se lo impidió: el suizo recuperó la desventaja y aceleró hacia la victoria final que le llevó a octavos de final de Roland Garros teniendo que salvar un punto de set en el tie-break de ese tercer parcial, algo que logró sin problemas.

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