El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo anunció este miércoles a las 22 comunidades locales e indígenas ganadoras de la décima edición del Premio Ecuatorial. El galardón se destina a las organizaciones que presentan soluciones innovadoras y basadas en la naturaleza para enfrentar los desafíos del cambio climático, el medio ambiente y la pobreza.

Cada uno de los ganadores recibirá diez mil dólares y dos representantes comunitarios tendrán la oportunidad de asistir a la Cumbre sobre la Acción Climática que se celebrará en Nueva York durante el 74ª periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas a finales del mes de  septiembre.

La ceremonia de entrega de los premios tendrá lugar el 24 de septiembre en el teatro Town Hall  y contará con la presencia de celebridades, funcionarios gubernamentales y de la ONU, la sociedad civil y medios de comunicación.

Los ganadores se unirán a una red de 223 comunidades de 78 países que han recibido el Premio Ecuatorial desde sus inicios en 2002.

El Premio Ecuatorial recayó por primera vez a grupos de Guinea-Bissau y a comunidades indígenas de Australia y Estados Unidos. El resto de galardonados se repartieron entre Benin, Brasil, Camerún, Ecuador, India, Indonesia, Kenya, Micronesia, Nigeria, Pakistán, Perú, Tanzania y Vanuatu.

El administrador del Programa de la ONU, Achim Steiner, recordó que a diario miles de comunidades locales y pueblos indígenas ponen en práctica soluciones innovadoras que se basan en la naturaleza para mitigar y adaptarse al cambio climático.

“El Premio Ecuatorial es tanto un reconocimiento de sus  excepcionales ideas como una forma de mostrar el poder de las personas y de las comunidades de base para lograr un cambio verdadero», destacó.

Un comité asesor técnico independiente de expertos de renombre internacional seleccionó a los ganadores tras recibir 847 nominaciones por parte de 127 países.

Ganadores regionales

Perú:

Comunidades Nativas de Nuevo Saposoa y Patria Nueva de Mediación Callería

Esta asociación de dos comunidades indígenas Shipibo peruanas aprovecha la tecnología satelital y celular para la vigilancia a cargo de la comunidad. Ha conseguido los derechos sobre 15.000 hectáreas de tierras ancestrales y ha eliminado por completo la deforestación ilegal.

Ejecutor de Contrato de Administración de la Reserva Comunal Amarakaeri – ganador de un premio conjunto con el Ejecutor de Contrato de Administración de Tuntanain.

Protege eficazmente más de 402.335 hectáreas de bosques al tiempo que brinda medios de vida alternativos a las comunidades locales en la Reserva Comunitaria mas grande de Perú

Ejecutor de Contrato de Administración Tuntanain – ganador de un premio conjunto con el Ejecutor de Contrato de Administración de la Reserva Comunal Amarakaeri.

Iniciativa conjunta de 23 grupos indígenas y al gobierno peruano que gestiona 94.967 hectáreas de bosque que ha aumentado los ingreso locales en un 160 por ciento, ha protegido las cabeceras de tres ríos esenciales para la seguridad hídrica regional, ha reducido la inseguridad alimentaria, y ha fomentado la resistencia al clima.

Kemito Ene
Esta empresa indígena ha permitido  ingresar al mercado internacional a 300 familias Asháninka y exportar directamente 90 toneladas de cacao orgánico producido de manera sostenible cada año mientras conservan sus bosques.

Ecuador:

Fondo de Páramos Tungurahua y Lucha Contra La Pobreza, Ecuador

Esta asociación público-privada-comunitaria utiliza mecanismos financieros innovadores para conservar el ecosistema del páramo, garantizar la seguridad del agua, almacenar carbono y mejorar la calidad de vida de las comunidades indígenas.

Brasil:

Associação Indígena Kisêdjê

Esta asociación de indígenas Kisêdjê ha transformado el status quo al recuperar sus tierras tradicionales y desarrollar un modelo empresarial innovador que utiliza el árbol pequi nativo para restaurar paisajes, fomentar la seguridad alimentaria y desarrollar productos para los mercados locales y nacionales.

Conselho Indigena de Roraima

Esta alianza indígena garantiza los derechos a 1,7 millones de hectáreas de tierras tradicionales para 55.000 pueblos indígenas al tiempo que promueve la resiliencia ecológica y social a través de la conservación de variedades de cultivos tradicionales.

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