Una nueva forma de medir el deshielo de algunos glaciares bajo el agua ha desvelado algo sorprendente: algunos glaciares se derriten 100 veces más rápido de lo que creían los científicos.

En un nuevo estudio publicado en Science, un equipo de oceanógrafos y glaciólogos ha desvelado información novedosa sobre los glaciares de marea —aquellos que acaban en el mar— y sus procesos dinámicos.

«Han descubierto que el deshielo que se está produciendo difiere bastante de algunas de nuestras hipótesis previas», afirma Twila Moon, glacióloga del Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve en la Universidad de Colorado-Boulder que no participó en el estudio.

Parte de este desprendimiento y deshielo glaciar son procesos normales que experimentan durante transiciones estacionales del verano al invierno e incluso durante el verano. Pero el calentamiento del clima acelera el deshielo glaciar en todo el mundo, posiblemente mediante el deshielo en la superficie del glaciar, pero también mediante el deshielo submarino.

Ellyn Enderlin, glacióloga de la Universidad Estatal de Boise que no participó en el estudio, explica que los glaciares pueden extenderse decenas de metros bajo la superficie. Descubrir ritmos superiores de deshielo submarino nos indica que «los glaciares son mucho más sensibles de lo que creíamos a los cambios del océano». Comprender los procesos de derretimiento y calcular la cantidad de deshielo con precisión es fundamental para la planificación ante el aumento del nivel del mar.CLIMA 101: GLACIARESLos glaciares están presentes en casi todos los continentes. Sin embargo, se derriten a gran velocidad por el calentamiento. Descubre cómo se forman los glaciares y otros datos interesantes sobre ellos.

«Nos sorprende poder hacer esto siquiera», afirma el autor principal David Shuterland, oceanógrafo de la Universidad de Oregón. «No estábamos seguros al cien por cien de que fuera a funcionar».

La supervisión de glaciares específicos a largo plazo puede hacer que los investigadores —y los alumnos de instituto— se hagan una idea del deshielo inducido por el cambio climático. Los estudiantes del Instituto Petersburg, cerca de la bahía LeConte, empezaron a recopilar datos sobre la posición del término glaciar. Hace varios años, sus anotaciones de la retirada del glaciar alertaron a los científicos de la Universidad del Sudeste de Alaska, que se interesaron por comprender mejor el deshielo del glaciar.

Medir las masas de hielo que se derriten

Según Sutherland, LeConte era un glaciar ideal que estudiar, por su accesibilidad pese a ser un glaciar de marea. En un entorno complejo, el proyecto exigía tantas líneas de datos que los equipos de oceanógrafos y glaciólogos recopilaron datos simultáneamente en el glaciar.

Calcular la velocidad del deshielo glaciar no es tan simple como medir un cubito de hielo que se derrite en un vaso de agua. En el caso de un glaciar debe saberse la velocidad a la que se desplaza el hielo por el fiordo, así como la proporción que se derrite y la proporción que se desprende.

«En mi cabeza era bastante sencillo y sonaba bien sobre el papel», afirma Sutherland. Pero navegar por el fiordo, donde el glaciar LeConte desemboca en el mar, ya es difícil con buen tiempo. Los científicos pasaron semanas a bordo del barco, trabajando las 24 horas del día en turnos de 12 horas cada uno.

Las cabras blancas se desplazaban por las cornisas sobre sus cabezas, las ballenas frecuentaban el fiordo y las aves marinas se zambullían en el agua. «Cuando no estás rezando por que mejore el tiempo, es un lugar bastante asombroso», afirma Sutherland.

Desde el MV Stellar de 24 metros, los oceanógrafos llevaron a cabo estudios con sónar bajo el agua, como los que se utilizan para medir las profundidades marinas. Pero en lugar de dirigir el sónar hacia el fondo marino, lo inclinaron para captar la parte submarina del frente glaciar en 3D.

A continuación, los oceanógrafos intentaron averiguar la velocidad a la que se desplazaba el sónar por el agua del fiordo para tomar cálculos precisos. Sutherland explica que necesitaron más mediciones «básicas» de las propiedades del agua, como la salinidad y la temperatura. A veces, colgar un instrumental carísimo de un lado del barco puede resultar tenso.

Los científicos repitieron las observaciones durante dos veranos y obtuvieron varios escáneres en cada viaje.

«Poder escanear toda la superficie glaciar varias veces durante el verano no es tarea fácil», afirma Eric Rignot, glaciólogo de la Universidad de California, Irvine, que no participó en el estudio.

nationalgeographic.es