Utilizando un método desarrollado recientemente en la Universidad de Tubinga, un grupo de investigadores midieron los isótopos de selenio en rocas derivadas del manto de la Tierra.
Las firmas de isótopos idénticas en estas rocas y en ciertos tipos de meteoritos revelaron el origen del selenio, así como grandes cantidades de agua y otras sustancias vitales. El estudio ha sido publicado en Nature Geoscience.
Estrictamente hablando, no debería haber selenio en el manto de la Tierra. «Se siente atraído por el hierro. Por eso, en la historia temprana de nuestro planeta,se redujo al núcleo rico en hierro«, explica María Isabel Varas-Reus, coautora del estudio y miembro del Grupo de Geoquímica de Isotopos en Tubinga.
No había más selenio en la capa externa de la Tierra. «Las firmas de selenio anteriores se borraron por completo allí. Por lo tanto, el selenio que se encuentra en el manto de la Tierra hoy debe haberse agregado después de la formación del núcleo de la Tierra. Geológicamente hablando, en el último momento de la formación de la Tierra, después de que nuestra luna también se formó», agrega Varas-Reus.
Es difícil decir exactamente cuándo, podría haber sido hace entre 4.500 y 3.900 millones de años. En varios lugares, el equipo de investigación tomó muestras de rocas de manto, que han sido traídas a la superficie por procesos tectónicos de placas y no han cambiado con respecto a su composición de isótopos de selenio desde la formación de la Tierra.
Los meteoritos de los confines del sistema solar suministraron grandes cantidades de agua, carbono y sustancias volátiles a la Tierra, haciendo sólo entonces posible la vida en nuestro planeta.
Los investigadores determinaron la firma isotópica del selenio en estas rocas. Los isótopos son átomos del mismo elemento químico con diferentes pesos. «Hace tiempo que es posible medir los isótopos de selenio en altas concentraciones, por ejemplo, en muestras de ríos», dice Varas-Reus en un comunicado.
«Sin embargo, la concentración de selenio en las rocas de alta temperatura es muy baja. Las muestras deben disolverse a altas temperaturas y el selenio es volátil. Esto dificulta las mediciones». Pero recientemente se hizo posible medir los isótopos de selenio en rocas de alta temperatura.
El 60 por ciento del agua proviene de esta fuente
Desde hace tiempo se sospecha que los meteoritos agregaron sustancias al manto de la Tierra. «Pero pensamos que eran meteoritos del sistema solar interno», dice Varas-Reus.
«Así que nos sorprendió mucho que la firma del isótopo de selenio del manto de la Tierra coincidiera estrechamente con un cierto tipo de meteorito del sistema solar exterior. Estas son condritas carbonosas del sistema solar más allá del cinturón de asteroides, del área de los planetas Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno».
El equipo de investigación también pudo cuantificar qué más, aparte del selenio, trajeron consigo estos meteoritos cuando golpearon la Tierra primitiva. «Según nuestros cálculos, alrededor del 60 por ciento del agua en la Tierra hoy proviene de esta fuente. Esa es la única forma en que los océanos podrían formarse», dice Varas-Reus.
Las sustancias volátiles de los meteoritos contribuyeron a la formación de la atmósfera protectora de la tierra. «Esto creó las condiciones para que la vida en la Tierra se desarrolle en su forma actual».
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