Misiones se encuentra al noroeste de Argentina, en la frontera con Paraguay y Brasil. Casi 1,3 millones de personas viven allí y también es el hogar de una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo: las cataratas de Iguazú. La Selva Paranaense, uno de los mayores bosques que permanecen vírgenes, también se incluye en esta área.

La Selva Paranaense está clasificada como zona crítica para la biodiversidad. Alberga el 52% de biodiversidad de Argentina, con más de 150 especies de mamíferos, incluidos los jaguares; 564 especies de aves, 260 de peces, 116 de reptiles, 68 de anfibios, y miles de especies de plantas y hongos.

Misiones, al noroeste de Argentina, es el hogar de una de las Siete Maravillas del MUndo: las cataratas de Iguazú. © Instituto Misionero de Biodiversidad

La investigación ha demostrado que los bosques vírgenes tienen una gran importancia para la mitigación y adaptación al cambio climático, la preservación de la biodiversidad, la gestión de las cuencas hidrográficas y las culturas y medios de vida de los indígenas.

Sin embargo, entre el año 2000 y el 2013, el 7% de los bosques vírgenes fueron destruidos. La Selva Paranaense hace frente a amenazas serias a causa de la expansión de la agricultura; en los últimos 120 años se ha perdido el 95%. Del 5% restante, la mayoría está en la Provincia de Misiones. La pérdida de selva ha tenido un impacto devastador sobre la flora y la fauna. De más de 1.000 especies y subespecies de anfibios, reptiles, aves y mamíferos, el 20% está en peligro o amenazado.

En Argentina, ni los peces ni las plantas se han clasificado por completo y se necesitan más datos sobre la fauna de la región para comprender el impacto total. A pesar de que existan leyes para proteger especies concretas amenazadas que hacen frente a la destrucción y la alteración de sus hábitats, como las orquídeas, una de las familias más numerosas de la provincia, la selva necesita más protección.

De izq. a dcha.: escarabajo barrenador de las casas, ©Fucundo Luque; surucuá común sur, ©Fucundo Luque; mono capuchino sapajus carinegro cai. ©Instituto Misionero de Biodiversidad

La Selva Paranaense abarca el extremo meridional del bioma del Bosque Atlántico, donde comienza la transición hacia las sabanas y los pastizales de la Provincia Pampeana. Estas selvas fronterizas, conocidas como ecotonos, tienen muchas especies tropicales con genética valiosa porque han evolucionado para resistir a condiciones climáticas más extremas. La Selva Paranaense es un refugio importante para muchas especies amenazadas.

La selva también provee alimentos y medios de vida a más de 100 comunidades. En Misiones, más de 4.000 hectáreas pertenecen a pueblos indígenas y comunidades locales.

El potencial turístico es enorme; más de 25 millones de personas pasan por esta región cada año, es decir, más de las que visitan Buenos Aires. Esto supone una oportunidad muy buena para el ecoturismo.

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