El número de niños hospitalizados con problemas respiratorios se duplicó en la Amazonía brasileña por causa de los incendios forestales que se multiplicaron en la mayor selva tropical del mundo, según una investigación divulgada este miércoles por la estatal Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz).
El estudio monitoreó el impacto de los incendios en la salud infantil en la región amazónica e identificó que solo durante los meses de mayo y junio de este año hubo 2.500 hospitalizaciones a más que los previstos, cada mes, en unos 100 municipios de la llamada Amazonía Legal.
Pará, Rondonia, Maranhao y Mato Grosso, cuatro de los estados más afectados con los incendios, fueron las regiones donde se registró la mayoría de los casos.
Según la investigación del organismo vinculado al Ministerio de Salud, vivir en una ciudad cerca de focos de incendios aumenta el riesgo de hospitalización por problemas respiratorios en un 36 %.
Los resultados del estudio del mayor centro de investigación en salud de América Latina prenden las alarmas por el considerable aumento de los focos de incendio en esas regiones del país en los meses posteriores, especialmente en agosto y septiembre.
Por mencionar solo a Pará, esta región, ubicada al norte de Brasil, tuvo en junio de este año 315 focos de incendio y en agosto registró 10.185, un aumento de un 3.133 %.
En Maranhao el número de focos creció 349 %, en Rondonia 3.190 % y en Mato Grosso un 273 % entre junio y agosto.
Enfermedades respiratorias superiores al valor esperado
En el estudio, los investigadores reunieron datos del Sistema de Información Hospitalaria entre mayo y junio -último período disponible- y aplicaron una técnica de escaneo espacial llamada Satscan que detecta grupos de municipios que tienen tasas de hospitalización por enfermedades respiratorios superiores al valor esperado.
También fueron empleados datos del Instituto Nacional de Meteorología (Inmet) y del Instituto Nacional de Investigación Espacial (Inpe).
Según la investigación, los incendios se producen en el denominado Arco de Deforestación, que incluye los estados de Acre, Amapá, Amazonas, parte de Maranhao, Mato Grosso, Pará, Rondonia y Tocantins, generalmente de mayo a octubre, considerado el período de sequía de la región.
“Con la disminución de los niveles de humedad y el período de incendios, generalmente hay un incremento en el número de casos de enfermedades respiratorias, debido al aumento en la emisión de contaminantes y la concentración de gases tóxicos en la atmósfera, comprometiendo la salud de la población”, afirma el estudio.
En mayo y junio hubo un total de 5.091 hospitalizaciones por mes en las ciudades analizadas, cuando el valor esperado era de 2.589.
Un exceso de 2.500 hospitalizaciones de niños afectados por las quemaduras
“Estos resultados sugieren un exceso de 2.500 hospitalizaciones de niños en los municipios más afectados por las quemaduras”, señala la investigación.
Aunque las imágenes de satélite utilizadas también registran la situación de reservas indígenas, “aún no es posible evaluar la incidencia de enfermedades en estas áreas”, según el estudio.
La Amazonía brasileña registró 19.925 incendios forestales en septiembre, un número en un 19,66 % inferior al del mismo mes del año pasado (24.803), luego de que el fuerte crecimiento de los focos de fuego en la mayor selva tropical del mundo hasta agosto hubiese generado una alarma internacional.
El número de septiembre igualmente es muy inferior, en un 35,52 %, al contabilizado en agosto, cuando fueron registrados 30.901 focos de incendio en el considerado mayor pulmón vegetal del mundo, según los datos divulgados este martes por el Inpe.
Pese a la caída en septiembre, el número de incendios acumulado en los nueve primeros meses del año en la Amazonía se ubicó en 66.750, con un aumento del 42,1 % frente a los 46.968 registrados entre enero y septiembre de 2018, según las estadísticas del Inpe.
La investigación fue coordinada por el Instituto de Comunicación e Información de Salud, de Fiocruz y contó con la participación de científicos de la Universidad de Sao Paulo y de la Universidad regional de Mato Grosso. EFEverde