- Nueva Zelanda se clasificó para Tokio 2020 tras perderse Río 2016
- Es su tercer billete para un Torneo Olímpico de Fútbol masculino
- Los Kiwis se mantuvieron invictos y sellaron su pase a lo grande
Nueva Zelanda aún no ha ganado ningún partido en un Torneo Olímpico de Fútbol masculino, pero sus actuaciones en el preolímpico de la OFC y fuera de él dan a entender que la generación actual está lista para romper moldes.
Los neozelandeses obtuvieron el sábado su billete a Tokio 2020 con un contundente 5-0 a Islas Salomón en la final del certamen continental; una actuación que su seleccionador Des Buckingham describió como “perfecta”. Ese éxito dio continuidad a una magnífica racha de la selección sub-23 de Nueva Zelanda, que incluye 4 partidos sin perder en una gira por Australia y la victoria en los Juegos del Pacífico frente a selecciones nacionales absolutas.
La clasificación aparca igualmente el doloroso recuerdo de hace cuatro años, cuando Fiyi representó a Oceanía en Río 2016 después de que la andadura de los Kiwis en el preolímpico concluyese en semifinales por alineación indebida de un jugador. Nueva Zelanda, cuya selección femenina se clasificó para Tokio 2020 a finales de 2018, se une al cuarteto europeo formado por Francia, Alemania, Rumanía y España, así como a la anfitriona Japón, en el elenco confirmado para la cita olímpica del próximo año.
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Clasificación a puro gol
El torneo clasificatorio, que se jugó en dos ciudades de Fiyi (Suva y Lautoka), lo disputaron ocho países (todos los de la OFC que son miembros del Comité Olímpico Internacional excepto Islas Cook).
Vanuatu venció por la mínima a los anfitriones para encabezar el Grupo B, aunque ambos combinados se clasificaron para semifinales. Nueva Zelanda se impuso en el otro grupo con un peleado triunfo por 4-2 sobre Islas Salomón, en lo que iba a ser un anticipo de la final del torneo.
A continuación, los Kiwis arrollaron a Fiyi por 6-1 en semifinales, mientras que Islas Salomón pasó con mucho más sufrimiento, gracias a un solitario gol de su máximo artillero Augustine Waita.
La final, en contraste con el reñido choque de la liguilla entre Nueva Zelanda e Islas Salomón, resultó totalmente desnivelada. Myer Bevan firmó un doblete en un triunfo por 5-0, para acabar firmando 12 de los 33 goles de Nueva Zelanda.
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En busca de la primera victoria olímpica
Las dos anteriores experiencias de Nueva Zelanda en los Juegos Olímpicos únicamente depararon sendos empates contra la RP China (2008) y Egipto (2012).
Dado que numerosas piezas clave se perdieron el preolímpico, y que la columna vertebral de la plantilla compitió con éxito en la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA Polonia 2019, Nueva Zelanda parece bien situada para dar el siguiente paso en Tokio.
“La cultura que se ha ido creando y desarrollando ha sido un aspecto positivo tremendo para nuestras actuaciones sobre el césped, y únicamente hay que hablar con los jugadores del disfrute y el éxito que ha traído esa cultura tanto dentro como fuera del campo”, afirmó Buckingham, que dirigió a Nueva Zelanda en Polonia 2019.
“Tradicionalmente éramos una selección que, por lo general, siempre se veía superada en la posesión, en los pases, en la cantidad de disparos y en el marcador. Ahora, después del Mundial [de Polonia 2019], somos un equipo que supera en posesión, en pases, en disparos y en goles a nuestros rivales en la escena mundial, y la forma en la que ganamos la final para clasificarnos para los Juegos Olímpicos fue un magnífico ejemplo de ello”, continuó.
“Si podemos seguir desarrollando lo que ahora llamaría nuestro estilo de juego internacional, nuestro buen ambiente y cultura de equipo, podremos seguir teniendo éxito con nuestros jugadores y equipos”, concluyó Buckingham.