El enlace entre el arte humana y la naturaleza es una resignificación del trabajo de Ava Roth, artista que colaboró con colmenas de abejas.
Las colaboraciones entre artistas dan vida a proyectos jamás antes vistos, pero cuando los invitados son animales, los resultados pueden ser realmente sorprendentes. Este fue el caso de la artista Ava Roth, quien junto a colmenas de abejas, creó piezas únicas de arte natural.
Poco después de trabajar la técnica de pintura encáustica, en donde se utiliza cera caliente de abeja para pigmentar los colores, Ava Roth —en entrevista para My Modern Met— descubrió que estaba tratando con insectos verdaderamente talentosos. Fue así que desarrolló el proyecto Bee Hive Collaboration, unos marcos de colmena que en su interior resguardan un círculo de bordado. Cada círculo tiene a su alrededor una construcción distinta creada por las abejas utilizando materiales 100% orgánicos.
“La necesidad de colaborar con las abejas tuvo su origen en mi reverencia por el hermoso material que estaba usando junto con una creciente conciencia sobre el problema del colapso de colonias y la difícil situación de la abeja“.
El objetivo del trabajo de Ava con las colmenas es resaltar la delicadeza del arte que seres humanos e insectos pueden crear juntos. Esta es una esperanza dentro de la emergencia climática que estamos viviendo. Es un camino nuevo en el que los artistas pueden resignificar y crear nuevas posibilidades para la interacción entre humanos y ecosistemas.
No fue un proceso sencillo, pues Ava necesitó de mucha paciencia para entender a sus colaboradoras (las abejas): tuvo que identificar qué materiales aceptan y cuáles no, qué tiempo dedican a la obra y cuánto descansan de ella. Aprendió a escuchar a las abejas y creó una colaboración interespecies como ninguna otra.
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