Si se incluyen todos los eslabones del sistema alimentario (producción agrícola y ganadera, transporte y conservación de alimentos, procesado y embalaje de alimentos y todos los desperdicios que se generan), la alimentación es la responsable de la mitad de las emisionesde Gases Efecto Invernadero (GEI) generados.

Si además tenemos en cuenta que la alimentación es básica y primordial para la vida de las personas, es evidente que se trata de una cuestión importante y con mucho potencial para frenar el cambio climático. 

La alimentación ecológica es el mejor ‘antídoto’ contra la crisis climática

La producción ecológica aporta soluciones que pueden ayudar, por un lado, a reducir la contribución del sistema alimentario a la emisión de GEI y, por otro, a mitigar el impacto que los cambios en el clima van a tener (y ya tienen) en la producción agropecuaria.

En producción ecológica, la ganadería ecológica reduce la carga ganadera (número de cabezas) y basa la alimentación de los animales en recursos locales disminuyendo las necesidades de importar productos como la soja o el maíz desde el otro lado del mar.

Y en el caso de la agricultura ecológica, no se utilizan fertilizantes de síntesis y se necesita gestionar mejor los aportes nitrogenados para evitar la aparición de plagas de difícil control.

Además, el compostaje disminuye globalmente la emisión de los GEI que se producen en el manejo del estiércol. Tampoco debe olvidarse la capacidad de secuestrar carbono en los suelos, tal y como lo llevan haciendo hace años los/as agricultores/as ecológicos con la fertilización orgánica. 

Todos estos datos y muchos otros referentes al potencial de la producción ecológica para la adaptación y mitigación del cambio climático se recogen en informes y estudios-diagnóstico como, por ejemplo, los del proyecto “Adapta tu dieta, cuida tu clima”, llevado a cabo por la SEAE. Proyectos como este demuestran que en España existen iniciativas exitosas que promueven modelos de alimentación ecológica con emisiones de GEI casi nulas.

Estos modelos promueven, además, el consumo mayoritario de alimentos frescos, de temporada y de proximidad, ecológicos, la reducción del consumo de carne, el reciclaje de residuos orgánicos para la obtención de compost y la minimización del desperdicio alimentario, factores clave para hacer frente al cambio climático.   

Si se tiene en cuenta que nuestro país es líder europeo en superficie destinada al cultivo ecológico con 2.1 millones de ha y cuarto a nivel mundial, y que el consumo ha aumentado mucho en los últimos años, desde SEAE, INTERECO y Asociación Vida Sana consideramos que es necesario aprovechar la concienciación de los consumidores y promover así un verdadero cambio de modelo.

La acción climática propuesta por el Estado español ha de incluir, necesariamente, la producción ecológica y los modelos de consumo agroecológico como uno de sus ejes centrales. 

Por eso, queremos hacer un llamamiento a toda la sociedad a responsabilizarse con esta crisis climática en su alimentación diaria y, a la vez, exigimos a nuestros/as representantes políticos que implementen los instrumentos necesarios para que se apoyen a nivel global los modelos de producción ecológicos como garantes de la seguridad alimentaria de todos los pueblos a largo plazo.

Las decisiones que se tomen en esta cumbre no pueden dejar a un lado el importante papel que el modelo alimentario tiene para revertir la emergencia climática y los acuerdos así deben reflejarlo. 

Solicitamos, pues, que tras esta Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25) se impulsen medidas y acciones concretas que apoyen y faciliten una transición ecológica para favorecer sistemas alimentarios justos y sostenibles con la vida de nuestro planeta y con nuestras vidas.

La cuenta atrás ya ha empezado, no hay más tiempo que perder.

Más información: Asociación Vida Sana

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