El movimiento Juventud por el Clima-Fridays for Future España ha transmitido durante meses la realidad de que “No hay Planeta B”.

Bajo esta misma premisa vuelven este viernes a las calles y plazas con el fin de seguir denunciando la insostenibilidad de este sistema con el planeta y las graves consecuencias de los incendios que se están viviendo en Australia.

Jóvenes de todo el mundo vuelven a salir a la calle para denunciar las consecuencias de la crisis climática

“Lo que está estamos viendo ahora en Australia, con más de 80.000 kilómetros cuadrados devorados por las llamas, 28 muertos y 1.000 millones de animales afectados, sin contar a todos los desplazados que no podrán volver a sus casas, no es una simple catástrofe natural, son las dramáticas consecuencias de una crisis climática que los científicos llevan décadas anunciando” dicen desde la organización ecologista.

Añaden, además que “los gobernantes son responsable de lo que estamos viviendo, pues no están tomando las medidas urgentes y profundas que la situación de emergencia climática requiere, y que solo están al alcance de los dirigentes políticos y las instituciones públicas”.

Este movimiento joven no solo tiene como objetivo reclamar acción a los gobiernos ante la emergencia climática también el de despertar la conciencia de los jóvenes, “quienes ven como su planeta y su futuro es puesto en juego por la ineficacia de los políticos”, según dicen en redes sociales.

Con este mismo objetivo, y mostrar que las peores consecuencias de la crisis climática ya están aquí, Juventud por el Clima ha convocado numerosas concentraciones el próximo viernes 17 de enero.

Una jornada de reivindicación a nivel global, donde Juventud por el Clima- Fridays For Future España tendrá distintas actividades y concentraciones, todas ellas se podrán consultar en el siguiente apartado: juventudxclima.es/convocatorias.

Unos incendios excepcionales y de consecuencias globales

Aunque Australia es conocida por ser un país de frecuentes incendios, los datos nos señalan que los últimos que estamos viviendo son excepcionales, y en consecuencia directa con el cambio climático.

Las cada vez más habituales sequías y olas de calor – el año 2019 fue en más caluroso registrado en Australia desde que se tienen registros- , son unas condiciones propicias para estos macro incendios.

Unas consecuencias que van más allá del continente Austral, pues el humo de los incendios ya se pueden ver a más de 10.000 kilómetros, por ejemplo en Chile y Argentina, y las cantidades de CO2 emitidas a la atmósfera ya superan las 400 megatoneladas.

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