Bogotá D. C., ene. 05 de 2015 – Agencia de Noticias UN – Así lo determinó el estudio que adelantó la U.N. sobre precipitación y temperatura en las cuencas del Pacífico y el Caribe, en el que se analizó el comportamiento de valores extremos del clima.

Colombia tiene diferentes tipos de ambientes -cálidos, húmedos, fríos, etc.- y está inmersa entre dos bases oceánicas. Esta situación llevó a la profesora Astrid Baquero, de la Universidad Nacional de Colombia, a analizar, desde el punto de vista local, cómo son las precipitaciones y las temperaturas extremas en diferentes zonas.

En su estudio tuvieron en cuenta los valores extremos atmosféricos en áreas locales, es decir, que 28 grados centígrados en Bogotá puede ser un valor alto, pero en Cartagena es el promedio normal. Estos valores extremos y la frecuencia con que se presentan fueron analizados en las dos cuencas.

De acuerdo con la docente, “nos interesó ver el valor máximo de dos variables en cada cuenca, porque su localización y frecuencia pueden indicarnos qué fenómenos oceánicos, atmosféricos o de interacción influyen en mayor medida de una cuenca a la otra”.

Asimismo, se analizaron los extremos en relación con los fenómenos de El Niño, La Niña y otros con escalas de tiempo más largas. Para la investigadora Baquero, “los fenómenos oceánico-atmosféricos predominantes en el Pacífico tienen escalas de tiempo interanual y decadal, en tanto que en el Atlántico son solo decadales”.

En el estudio se usó un método estadístico basado en la teoría de valores extremos, el cual permite la influencia de procesos subyacentes a los datos sin ninguna suposición a priori acerca de los procesos dinámicos involucrados.

El resultado es sorprendente, según la docente, porque en las dos cuencas, a pesar de tener unas características bien distintas, los extremos se manifiestan con una frecuencia similar, asociada a fenómenos de El Niño y la Niña.