La cascada de suspensiones de grandes acontecimientos y la pandemia mundial del Covid-19 perturban pero no varían la velocidad y el rumbo de la nave nodriza del deporte mundial. Los Juegos de 2020 se celebrarán en Tokio desde el 24 de julio al 9 de agosto tal y como estaba previsto. Así lo afirmaba Juan Antonio Samaranch, vicepresidente del Comité Olímpico Internacional (COI) a EL PAÍS este viernes por la tarde. La importancia de precisar el día y la hora es capital en un escenario que cambia por momentos.

“Vamos adelante con todo para organizar los Juegos en julio. Vamos a ayudar a las federaciones para que todos los atletas que tanto han luchado para llegar hasta allí puedan hacerlo. Y vamos a buscar las mejores soluciones para que las cancelaciones de los Preolímpicos que se están produciendo en diferentes deportes no eviten que los atletas puedan competir en Tokio”. La convicción de Samaranch (Barcelona, 60 años) sorprende en una jornada en que se amontonan las suspensiones: la Champions, el Giro, el Masters de golf, que siguen a las de la NBA, la F-1, el circuito de tenis mundial, la Euroliga y tantos otros. Y aun así, sentencia: “Vamos a hacer los Juegos sí o sí”. Es la sentencia de Samaranch que repiten los informativos de TVE tras haberle entrevistado. Pero la frase continúa, matiza a EL PAÍS. “A continuación explico que la única eventualidad posible de que ese no fuera el caso es que las autoridades pertinentes internacionales y locales nos dijeran en ese momento que no es seguro para la salud de los atletas y la gente del entorno del movimiento olímpico”.

Este sábado quedan 132 días para la inauguración de los Juegos. El tiempo se agota. Pero los rectores, tanto en el COI como en el Comité Organizador de Japón, no dan su brazo a torcer. “Nosotros no tenemos la más mínima posibilidad para opinar sobre una cuestión de salud pública. Hoy por hoy, nadie nos ha indicado que tengamos que cancelar los Juegos. Ahora, vamos a fondo con la organización”, explica el vicepresidente del COI. “La decisión de que se disputen unos Juegos no es nuestra. Son las autoridades y las organizaciones que entienden sobre la salud pública mundial las que se pronunciarán o no, las que pueden determinar si no es conveniente que se celebren los Juegos o si no existe ninguna amenaza para ellos”. No hay una única referencia mundial de la que dependa la decisión. “Es un conjunto de entidades encabezada por la OMS (Organización Mundial de la Salud), pero también debemos tener en cuenta otras muchas entidades de muchos países, como las autoridades públicas de Japón. Son las que nos darán las instrucciones pertinentes, y nosotros tenemos que seguirlas a rajatabla”.

“No decidiremos ni cuándo ni qué”

Un día después del encendido de la antorcha, el Comité Olímpico Griego decidió ayer suspender su recorrido por el país. “Los eventos deportivos y sociales son bastante inmediatos”, conviene Samaranch, “pero quedan unos meses para los Juegos y tenemos que concentrarnos en nuestra labor y facilitar a todos los deportistas las mejores condiciones y las máximas facilidades para que compitan en Tokio. Nosotros no seremos los que decidiremos si es seguro o no, si es conveniente o no. No decidiremos ni cuándo ni qué”. Se contraponen dos cuestiones. “Por un lado tenemos que salvaguardar los valores que emanan de los Juegos, de respeto, de hermandad, de fair play… por el otro, el bien colectivo de la sociedad. Si se nos dice que celebrar los Juegos es poner en peligro la salud, habrá que aceptarlo”.

Desde el inicio de la época moderna de los Juegos Olímpicos, ni los boicots políticos en 1980 en Moscú y en 1984 en Los Ángeles, ni los virus del síndrome respiratorio agudo grave (SARS) en 2003, un año antes de Atenas, ni del Zika, poco antes de Río 2016, interrumpieron la cadencia cuatrianual de la cita. Solo las guerras mundiales provocaron la anulación de los Juegos previstos en Berlín en 1916, en Sapporo (invierno) y Tokio en 1940 y en Cortina d’Ampezzo (invierno) y Londres en 1944. Samaranch, por ahora, se resiste a la opción de un aplazamiento: “No jugamos con ninguna otra posibilidad que la de celebrar los Juegos. Bastante tenemos con trabajar en ello, dada la dificultad añadida que supone la situación por la que atraviesan todas las federaciones y los deportistas”, zanja el vicepresidente del COI.

elpais.com