Los escaladores de alta montaña son unas de las personas más sanas y en forma del planeta y sus metas suelen encontrarse a kilómetros de la civilización, pero no se han librado de la pandemia del COVID-19, que ha dado pie a restricciones de viajes y cuarentenas en todo el mundo.

El 11 de marzo, la Asociación de Montañismo del Tíbet (AMT), la organización que se encarga de emitir todos los permisos de escalada de la meseta del Tíbet, anunció que no permitirían que nadie escalara el Everest desde la parte norte de la montaña, controlada por China, esta primavera.

Tras el anuncio de China, a última hora del martes Nepal tomó la decisión de cancelar todas las expediciones de escalada en primavera, entre ellas las del Everest, según The Kathmandu Post. Asimismo, el gobierno ha dejado de emitir visados turísticos a la llegada de forma temporal. La suspensión de los visados entró en vigor el 14 de marzo y se prolongará hasta el 30 de abril.

El turismo de montaña es una de las espinas dorsales de la economía nepalí y solo los escaladores del Everest aportan más de 268 millones de euros al país, clasificado como uno de los más pobres del mundo. La decisión de cancelar todas las expediciones de escalada propinará un duro golpe a las comunidades locales, cuyo sustento económico depende del turismo de alpinismo y senderismo.

«Un turista sustenta a 11 familias nepalíes», afirma Jiban Ghimire, de turoperador Shangri-La Nepal Trek, con sede en Katmandú. Especulando sobre las consecuencias del cierre del Everest, Ghimire afirma que «va a ser muy duro. Cuesta describirlo. No lo veremos inmediatamente, pero va a ser enorme».

Ghimire dice que el punto crítico real serán las familias propietarias de los albergues, casas de té y tiendas a las que los turistas tratan con condescendencia cada temporada.

«Sí, el gobierno gana unos cuantos millones, pero el 90 por ciento del dinero va directamente a la gente», afirma Ghimire. «La escalada paga a las familias, paga las escuelas, paga las facturas. Si perdemos el Everest, habrá mucho desempleo».

La incertidumbre del COVID-19

Hasta la noche del jueves, muchos nepalíes y guías de escalada no estaban seguros de cómo respondería Nepal a la decisión de China y a la clasificación del coronavirus como pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud.

Actualmente, Tenji Sherpa, un destacado guía de montaña y exprotegido del difunto escalador suizo Ueli Steck, está en Europa y volviendo a Nepal. Se suponía que iba a trabajar en el Everest esta primavera. En una entrevista la mañana del jueves, Tenji Sherpa declaró que no creía que Nepal fuera a promulgar una prohibición. Explicó que los «Icefall Doctors» (un equipo de sherpas muy experimentados que establecen cada año el camino de cuerdas fijas y las escaleras de aluminio para que los escaladores circulen por la traicionera cascada de hielo de Khumbu al pie del Everest) se encuentran actualmente en el campamento base y ya han empezado a trabajar en la ruta.

«Si no hay temporada [de escalada] en el Everest, supondrá un gran impacto económico, no solo para los sherpas, sino para todo el país», declaró.

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