La expansión en la capacidad de las energías renovables fue más de dos veces mayor que la de los combustibles fósiles en 2019, según nuevo informe.
Mientras continúan los impactos de la pandemia de coronavirus en la salud, la política, la economía y la sociedad, y a medida que se desarrollan los planes de recuperación, los tomadores de decisiones a nivel mundial están llamados a mirar esta coyuntura como una oportunidad para ponernos en el camino hacia el desarrollo sostenible.
Para el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y sus aliados, la crisis de COVID-19, que está cambiando la forma en que vivimos y trabajamos, puede impulsar a las economías a «reconstruir mejor», con un mayor enfoque en energía limpia, empleos verdes y desarrollo sostenible.
El informe Estadísticas de Capacidad Renovable 2020 de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) muestra que la nueva capacidad de energía renovable, -principalmente hidroeléctrica, eólica, solar, geotérmica y bioenergética-, representó 72% de toda la expansión energética el año pasado. La energía renovable creció 7,6% en 2019, con una nueva capacidad agregada de 176 gigavatios (GW), levemente menos que los 179 GW agregados en 2018 (cifra revisada).
«La energía renovable es la fuente de suministro de electricidad de más rápido crecimiento, pero es importante tener en cuenta que la electricidad representa sólo alrededor de 20% de la energía utilizada; el resto está compuesto principalmente por combustibles fósiles: carbón, petróleo y gas», dice el experto en energía del PNUMA Mark Radka.
«La energía renovable sigue siendo un desafío en muchos sectores de uso final, como la aviación, el transporte marítimo, la industria y el transporte pesado», agrega Radka.
¿Qué energías renovables crecieron más?
La energía basada en las fuentes solar y eólica continuó dominando la expansión de la capacidad renovable. Ambas representaron conjuntamente 90% de toda la capacidad renovable agregada en 2019. La energía solar, con 586 GW, aumentó 20%, mientras que la eólica, con 623 GW, creció 10%. China y Estados Unidos continuaron dominando la expansión de la energía eólica, mientras que China, India, Japón, la República de Corea y Vietnam tuvieron los mayores repuntes en capacidad solar.
La energía hidroeléctrica aportó la mayor parte de la capacidad mundial, con un total de 1.190 GW. Su aumento de 12 GW fue mínimo (1% más que en 2018), posiblemente porque algunos proyectos grandes no cumplieron con las fechas de finalización esperadas. China y Brasil representaron la mayor parte de la expansión.
Otras energías renovables incluyeron 124 GW de bioenergía, 14 GW de energía geotérmica y 0,5 GW de energía marina. Turquía, seguida de Indonesia y Kenia, lideró en la expansión de energía geotérmica.
La capacidad fuera de la red creció en 160 MW (un aumento de 2%) para alcanzar 8,6 GW en 2019. La bioenergía representa 40% de la capacidad fuera de la red y China cuenta con la mitad de toda la nueva capacidad en el uso de biocombustibles.
Capacidad de generación renovable por región
Asia fue la responsable de 54% de la nueva capacidad (44% del total mundial).
Oceanía y Medio Oriente fueron las regiones de más rápido crecimiento (18,4% y 12,6% respectivamente), aunque su participación en la capacidad global es pequeña.
La capacidad en Europa y América del Norte aumentó 6,6% y 6%, respectivamente.
En América del Sur la capacidad aumentó 8,4 GW (4%) y en América Central y el Caribe la expansión fue de 0,6 GW (4,1%).
En África la capacidad aumentó 2 GW (4,3%).
La expansión de la capacidad no renovable (petróleo, carbón y gas) en 2019 continuó según las tendencias a largo plazo, con un crecimiento neto en Asia, Medio Oriente y África.
“De alguna manera, la crisis de COVID-19 es una oportunidad para que podamos detenernos y comenzar de nuevo, impulsando una transición justa hacia economías neutras en carbono, con todos los beneficios que tendremos en términos de salud y mitigación de los impactos del cambio climático”, dice Niklas Hagelberg, experto en cambio climático del PNUMA.
La naturaleza está en crisis, amenazada por la pérdida de hábitats y biodiversidad, el calentamiento global y la contaminación. Si no actuamos, le fallaremos a la humanidad. Abordar la nueva pandemia de coronavirus y protegernos de futuras amenazas mundiales requiere una gestión segura de los desechos médicos y químicos peligrosos; un manejo sólido de la naturaleza y la biodiversidad; y un claro compromiso de «reconstruir mejor», crear empleos verdes y facilitar la transición hacia economías neutras en carbono. La humanidad depende de la acción inmediata para un futuro resiliente y sostenible.
Para más información, por favor contacte a Niklas Hagelberg: [email protected]
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