La compañía estatal de saneamiento básico de Sao Paulo, Sabesp, informó hoy de que el nivel de la segunda cota del llamado “volumen muerto”, una reserva técnica que comenzó a usarse en noviembre, opera al 6,2 % de su capacidad.
A 90 kilómetros de Sao Paulo, en la ciudad de Nazaré Paulista, los habitantes lamentan la situación, ya que la represa Atibainha, que abastece al sistema hídrico del conjunto de embalses Cantareira, forma parte de su vida.
Con la bajada del nivel de agua, el lecho de la represa saca a la luz animales muertos, mucha basura y hasta un Ford Escort oxidado donde hace pocos días alguien hizo un grafiti con la inscripción “Bienvenidos al desierto de la Cantareira”.

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El embalse, por debajo de su capacidad:
El embalse está varios metros por debajo de su capacidad normal y el nuevo presidente de la empresa estatal paulista de aguas Sabesp, Jerson Kelman, alerta de que el pantano puede secarse a partir de marzo.
Algunos pronósticos más optimistas del Ministerio de Ciencia y Tecnología dan vida al sistema hasta junio.
“Lo que está ocurriendo es culpa de la sequía y de las autoridades, los gobernadores, que no guardaron agua cuando había”, comenta a Efe el comerciante Manoel Lisboa, quien desde la sureña Porto Alegre se mudó hace 24 años a Nazaré Paulista para vivir con vistas al lago.
Un lago, el de la represa Atibainha, que perdió su glamur desde que hace poco menos de un año la crisis hídrica provocó que se utilizara al máximo la capacidad para la generación de agua potable en Sao Paulo.