La Reserva de la Biósfera Maya es un lugar único en el mundo. Además de eso, esta tierra forestal de Guatemala es un ejemplo exitoso de conservación. Pero la naturaleza no lo hizo sola; gracias a una comunidad local, este bosque ahora se encuentra en las mejores condiciones de vida.
En el informe más reciente de El estado de los mosques del mundo 2020, la ONU reconoció a las concesiones forestales comunitarias del Petén como un caso de éxito en la relación entre la naturaleza y el ser humano.
Las 500,000 hectáreas de selva que el gobierno de Guatemala puso en manos de las comunidades locales, hoy son una de las mayores áreas que registran un aumento de la cobertura forestal en todo el mundo.
¿Cómo funcionan las concesiones forestales?
Desde 1994, las concesiones forestales entraron en la Reserva de la Biósfera Maya en Guatemala con el objetivo de cumplir distintos propósitos. El principal es mantener la seguridad de todas las hectáreas que conforman el bosque, es decir, evitar la deforestación.
Sin embargo, había más objetivos en la lista. Las concesiones establecieron planes de manejo forestal certificados por la Administración Forestal; en estos planes se incluye el cuidado de la fauna y flora, así como el uso responsable de los recursos.
Las comunidades han entendido que el bienestar del bosque es el bienestar de los habitantes y así es como han construido un modelo de forestería que convive sustentablemente con la biodiversidad del bosque.
Los campesinos tomaron la iniciativa y se convirtieron en guardianes del bosque. Este trabajo significa que se vuelven participantes activos de la conservación y aprovechamiento de esta zona natural.
Actualmente las concesiones forestales del Petén benefician a alrededor de 14,000 personas directamente, e indirectamente a unas 30,000. La clave del éxito de este modelo es que las comunidades sean y se reconozcan como las protagonistas del manejo forestal.
Cuando los habitantes tienen el control de los bosques, los recursos son bien organizados y distribuidos. De esta manera, tanto la comunidad como el bosque mantienen el equilibrio en beneficio de ambos.
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Logros y obstáculos de la conservación comunitaria
Para la comunidad de la Reserva de la Biósfera Maya los resultados han sido magníficos en muchos sentidos. El más importante efecto de esta campaña es que el bosque se mantiene con vida. Asimismo, esta zona se convirtió en el área donde se encuentra una de las poblaciones de jaguar más grandes de Centroamérica.
Además de los beneficios para el bosque, los habitantes han accedido a empleos sustentables, conocimiento y talleres sobre el tratamiento y cuidado de las zonas naturales, así como sobre conservación de la fauna.
La comunidad ahora centra su economía en el equilibrio mutuo. Aunque muchos aseguran que estas concesiones comunitarias corren gran riesgo de desaparecer debido a la constante presión de empresas y actores privados que buscan explotar la reserva, ellos continúan.
No bajemos la guardia por el bien del bosque
Las comunidades hacen todo lo posible por renovar los planes forestales cada año. Esta es una batalla difícil y larga, que están dispuestos a atravesar con el fin de seguir protegiendo la reserva y la estabilidad de su comunidad.
La constante presión por la expansión de la agricultura, la ganadería ilegal, la tala, la exploración del suelo, etc., obliga a que estas comunidades se enfrenten con grupos privados que intentan obstaculizar su trabajo.
No hay duda de que el proceso de conservación es cada vez más complejo en muchos lugares del planeta. No obstante, estos ejemplos de comunidades forestales son la prueba de que el ser humano puede vivir en equilibrio con el planeta.
Conservar, mantener y recuperar los bosques es posible, sólo necesita un poco de iniciativa social y representantes políticos que trabajen en conjunto con estas causas que salvaguardan las áreas naturales más importantes del mundo.
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