Cada dos años WWF lanza el informe Planeta Vivo. Este análisis de la naturaleza revela las tendencias de biodiversidad mundial y aclara el estado de la salud del planeta. En el 2020 se lanzó la decimotercera edición y la evidencia es desgarradora.
La actividad humana insostenible empuja a los sistemas naturales del planeta al colapso. El límite de la vida en la Tierra está llegando a su fin. Los indicadores del índice Planeta Vivo, atraídos por la Sociedad Zoológica de Londres, muestran una caída del 68% en alrededor de 21,000 poblaciones de vertebrados en todo el planeta.
Esta disminución se registró entre 1970 y 2016, es decir, en menos de 50 años el mundo perdió poco más de la mitad de la biodiversidad. Los catastróficos impactos de este desequilibrio ya se perciben en todo el mundo.
Los datos de la pérdida de biodiversidad
En comparación con el informe Planeta Vivo de 2018, el mundo perdió en dos años un 8% de diversidad. Asimismo, se registró una pérdida mayor en ecosistemas de agua dulce y se reconocieron a la agricultura insostenible, el tráfico ilegal de especies y la deforestación como las principales causas.
Latinoamérica y el Caribe se declararon como las zonas en mayor peligro. El descenso medio de la biodiversidad se calculó en un 94% siendo las poblaciones de peces, reptiles y anfibios las más afectadas.
América del Norte acumula una pérdida del 33%, África un 65% siendo las enfermedades y sobreexplotación las principales causas de pérdida. Europa y Asia Central acumula un 24% y Asia y Pacífico un 45%. Asimismo, las plantas se encontraron en el primer lugar de riesgo de extinción superando a las aves y mamíferos. Esto explica el grave descenso de las poblaciones de insectos y confirma el rompimiento de la relación entre ser humano y naturaleza.
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Revirtiendo la curva de pérdida natural
Hasta ahora el ser humano ha modificado el 75% de la superficie no helada de la Tierra. Mientras que un 25% del territorio total no helado sigue libre de actividad humana. A pesar de estos números hay solución, pero esta depende de nuestro trabajo.
Los modelos actuales de predicción indican que el mundo podría comenzar a revertir la pérdida de la naturaleza si ponemos en práctica esfuerzos de conservación más claros y ambiciosos. Así como transformamos el mundo a nuestro favor, podemos hacerlo a favor de la supervivencia planetaria.
Ninguna acción es aislada, todas se conectan a gran escala. El consumo de alimentos, la producción de ellos, el desperdicio, la salud, dietas sostenibles, combustibles, energía limpia y muchas más actividades que requieren de una combinación equilibrada por el bien del mundo.
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