Los efectos de la crisis climática son devastadores en todo el mundo. Observamos incendios, sequías, inundaciones, enfermedades, etc. Aunque creemos que para el planeta entero es difícil afrontar las consecuencias del desequilibrio ambiental, la ONU predijo que para las poblaciones más pobres será un “apartheid climático”.
A pesar de que el sistema de segregación racial que dio vida a la noción de “apartheid” ha terminado, el racismos continúa de formas distintas en la sociedad. Abriéndose paso hacia la revelación, pero fuertemente anclado en el desarrollo de la humanidad, se encuentra el racismo ambiental.
Visible en las entrañas de la sociedad, este racismo es menos popular por nuestra clara desconexión con la naturaleza. Sin embargo, la ONU llegó a exponer su existencia a través de un informe que predice la brutal crisis que podrían enfrentar las poblaciones con menos recursos del mundo a raíz de las injusticias ambientales.
El análisis publicado por Derechos Humanos de la ONU describe un inminente “apartheid climático”. Esto significa que mientras las poblaciones con una riqueza económica mayor contratan servicios de rescate o se mudan de país, los sectores con menores recursos tendrán que escapar de los peores efectos climáticos para sobrevivir.
Las franjas se volverán más duras, menos hospitalarias. Los migrantes por la crisis que ahora vemos, poco a poco se convertirán en miles de millones hasta que todos (o al menos los más desprotegidos) terminemos por ser desplazados climáticos.
Detallando el “apartheid climático”
En el informe lanzado por la ONU, el organismo internacional describe que las 3,500 millones de personas más pobres del mundo apenas son responsables de un 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Mientras que los más ricos son responsables de más de la mitad de la contaminación global.
A pesar de esta disparidad en la contribución al desequilibrio ambiental, el acceso a los recursos que salvan vidas definirá quiénes sobreviven en esta crisis. Desafortunadamente, la sociedad disponible de recursos se adapta incorrectamente al cambio climático. En lugar de actuar para revertir los hechos, se dan el lujo de evitar personalmente el problema.
En un gran mundo social desigual, los ricos pagan para escapar del sobrecalentamiento y conducen al resto de la humanidad a un apartheid climático. Un escenario en el cual se tiene hambre, se producen conflictos, hay perdida de territorio y recursos para sobrevivir.
Injustamente los más ricos han aprovechado las tierras de otros guiándolos al colapso. Hoy, los vínculos entre el clima y la injusticia racial impactan en su mayoría a los desprotegidos. Los organismos internacionales comienzan, apenas, a aceptar estos problemas. Pero, lo más importante es: ¿cuánto le tomará a la sociedad corregirlo?
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