La Organización Internacional para las Migraciones, junto al Sistema de Naciones Unidas y a otros actores humanitarios y gubernamentales, siguen aunando fuerzas en las tareas de respuesta humanitaria en favor de los 2,5 millones de personas afectadas por el devastador paso del huracán zeta en América Central. Las zonas afectadas continúan bajo amenaza ya que durante las próximas 48 horas podría formarse otra gran tormenta.

Los equipos de la Organización Internacional para las Migraciones en Honduras, Guatemala, El Salvador y Belice se han desplazado a las zonas más afectadas por el paso del huracán Eta en Centroamérica el pasado 3 de noviembre y están distribuyendo entre los afectados miles de kits de emergencia que incluyen utensilios de cocina, colchones, sábanas y productos de higiene.

En Honduras, donde el huracán alcanzó la categoría 4 y afectó a 1,8 millones de personas, la Organización entregó más de 39,000 artículos de protección personal, así como kits de higiene, mantas, ropa y bolsas de agua.

Por su parte, en Nicaragua, la Organización, junto a las ONG locales y organizaciones de la sociedad civil presentes en las áreas afectadas, entregará de kits de alimentos y artículos de higiene, mientras que México repartirá ayuda humanitaria en siete albergues del sur del país. En paralelo, evalúa en qué medida se han visto afectados los albergues en Chiapas.

Asimismo, empezó el despliegue de los equipos de la Matriz de Seguimiento de los Desplazamientos que se encarga de recopilar información sobre los desplazamientos de población provocados por el huracán. Su tarea servirá para facilitar la toma de decisiones que durante las próximas semanas ayuden a salvar vidas y en la recuperación de las zonas afectadas.

Según la información que maneja Oficina de Coordinación Humanitaria de la ONU, al menos 358.000 personas están alojadas temporalmente en escuelas y otros edificios en los tres países del norte de Centroamérica.

Hay que prevenir una futura crisis migratoria

El jefe de la Misión de la Organización para Honduras, El Salvador y Guatemala, Jorge Peraza, destacó que las necesidades más inmediatas “son la alimentación, protección y albergue de las personas afectadas, así como otros artículos básicos que ayudan a garantizar su dignidad”.

La directora regional de esa Organización para Centroamérica, Norteamérica y el Caribe mostró su preocupación por la destrucción de cultivos y el impacto en las economías locales en algunas partes de Nicaragua, Honduras y Guatemala.

Michele Klein-Solomon destacó que los desperfectos pueden “agravar las condiciones de inestabilidad económica e inseguridad alimentaria que han obligado a miles de centroamericanos a migrar en busca de mejores condiciones de vida».

Al mismo tiempo, recordó que «lo que ha dejado el huracán Eta no es solo una enorme calamidad humanitaria que requiere atención inmediata, sino también la semilla de futuras crisis migratorias que debemos tratar de prevenir«, explicó Klein-Solomon.

Lo peor podría estar por llegar….

A la crisis humanitaria en curso se le podría añadir una nueva dificultad. El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos advirtió sobre una onda tropical que se mueve lentamente hacia el oeste a través del Caribe y tiene un 80% de posibilidades de convertirse en otra gran tormenta durante las próximas 48 horas, posiblemente impactando las mismas áreas que el huracán Eta.

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