El griego vence a Nadal y cita a Medvedev
La noche firmada por Stefanos Tsitsipas quedará en el recuerdo de Melbourne Park. El griego avanzó este miércoles a su segunda semifinal del Abierto de Australia tras sobrevivir en un épico 3-6, 2-6, 7-6(4), 6-4, 7-5 al español Rafael Nadal cuatro horas y cinco minutos de juego. En la noche más calurosa del torneo, con la Rod Laver Arena convertida en hervidero, el heleno se encargó de confirmar una realidad evidente para todos. Su nivel ha ido creciendo en cada partido hasta plantarse en la penúltima ronda, situándose por pleno derecho como candidato a la copa.
En la reedición de la semifinal disputada en 2019, con el trofeo como testigo a unos metros de la pista, Tsitsipas completó una remontada monumental para postularse a todo. El griego completó una tarea casi imposible: Stefanos se convirtió en el segundo jugador capaz de levantar dos mangas en un Grand Slam a Rafael Nadal, siguiendo los pasos dados por Fabio Fognini en la tercera ronda del US Open 2015.
La primera manga fue un ejemplo de concentración del español. El ritmo de pelota de su rival, capaz de hervir la pelota al servicio y abrir la pista con un fabuloso revés a una mano, exige un enfoque máximo en la tarea. Nadie mejor que el balear para afrontar ese desafío. Nadal aprovechó el único punto de rotura de todo el set para marcar las diferencias necesarias. Levantando un 30-0 con el servicio de Tsitsipas, un muro casi imposible de escalar, Nadal encontró el premio (5-3) cuando una derecha del griego se estrelló contra la cinta. Ni un ápice de duda mostró para sellar la manga al saque.
Uno de los principales atributos de Nadal es su capacidad para mantener la intensidad en momentos clave. Sin un instante de pausa, el español abrió el segundo set rompiendo el servicio de Tsitsipas. Una derecha paralela ganadora marcó con fuerza el terreno y envió un mensaje evidente: la ventaja en el marcador no sacia el hambre de un campeón. El español se empeñó en romper tácticamente el partido, combando con fuerza su derecha sobre el revés a una mano del griego. Una receta clásica en su carrera que marcó parte del encuentro.
Tsitsipas fue incapaz de encontrar una solución estratégica ante el español. Acorralado sobre su revés, con pelotas sobre el hombro y derruido desde su golpe de derecha, sin profundidad alguna en la pista, el de Atenas se despidió de una segunda manga cada vez más lejos de su alcance. Nadal reforzó su dominio aprovechando las dos opciones de rotura del set y marchó al banquillo con tranquilidad absoluta. En dos parciales, sobre una pista rápida y ante un pegador consumado, su servicio no había sufrido una sola amenaza.
El griego comenzó a golpear con mayor soltura, usando toda la amplitud de sus tiros y Nadal fue decidido a seguirle el ritmo. La tercera manga fue uno de los parciales más planos que se recuerdan en Melbourne. El dominio al servicio fue tal que apenas cuatro puntos fueron arañados al resto. Si para el español corrían los minutos, para el griego se estrechaba la soga. Ya sin margen, el desempate llegó como una última esperanza para el heleno.
En un choque competido a pulmón, a remolque total de su adversario, Tsitsipas encontró el oxígeno en un resquicio minúsculo. Dos remates erráticos de Nadal en el tiebreak (con 1-0 y 3-3) dieron vida al griego, que aprovechó la tesitura para atrapar una manga obligatoria. No había roto el servicio de su rival, apenas había podido dictar el juego, pero Stefanos seguía con vida en la noche de Melbourne.
De repente, tras un duelo de control, Nadal se vio aplacando una revuelta. Con un remate, el golpe que condenó su definición, el español salvó una pelota de rotura nada más abrir el cuarto parcial. Sería el principio de una manga repleta de obstáculos. Con las pulsaciones disparadas, a Nadal se le multiplicaron las curvas (40-Av con 0-0, 15-40 con 2-2) hasta toparse de bruces con el peligro. El paciente Tsitsipas tuvo que esperar más de 3 horas, hasta el noveno juego del cuarto set, para romper el servicio del español. Una prórroga eterna pero suficiente para forzar el quinto set en Melbourne.
La dificultad de la tarea en manos del griego tenía cara y ojos. Tsitsipas tenía ante sí una pendiente de escalada casi imposible en el deporte: Nadal ostentaba un balance de 223-1 tras ganar los dos primeros sets en Grand Slam. Y la cima de Melbourne no iba a ser más accesible que cualquier otra.
En una batalla librada desde el corazón, ambos se sumergieron en la tensión del parcial definitivo. Con el destino del partido sobre un hilo, conscientes de que un error podía echar por tierra todo el encuentro, ambos golpearon con fruición cada turno de servicio. No hubo opciones de rotura hasta el undécimo juego del parcial, cuando Tsitsipas rompió en blanco el servicio del español. El drama fue absoluto hasta el final y Nadal levantó dos pelotas de partido antes de ser derrotado en Melbourne. Un estupendo revés paralelo del griego completó la hazaña.
Tsitsipas disputará el viernes las semifinales del Abierto de Australia ante el ruso Daniil Medvedev. El cabeza de serie No. 4 venció por 7-5, 6-3, 6-2 a su compatriota Andrey Rublev para avanzar a la penúltima ronda en Melbourne por primera vez en su carrera.
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