Cerca del 80% de las especies silvestres terrestres viven en los bosques y casi un 90% de las personas más pobres del mundo dependen de algún modo de los recursos forestales. Sin embargo, cada año se pierden 4,7 millones de hectáreas de esos ecosistemas. En la jornada mundial dedicada a la vida silvestre, la ONU llama a tomar medidas para preservarlos, haciendo caso de los conocimientos ancestrales de las comunidades que los han gestionado a lo largo del tiempo.
La pérdida anual de bosques equivale a una superficie mayor que la Dinamarca y esta destrucción implica no sólo una merma enorme de biodiversidad en la Tierra, sino un freno menos al avance del cambio climático y la destrucción del sustento de millones de familias pobres en el mundo, recuerda la ONU este miércoles 3 de marzo, Día Mundial de la Vida Silvestre.
Los servicios del ecosistema boscoso y los recursos que proporciona, como el filtrado y el almacenamiento de agua dulce para garantizar la fertilidad de los suelos o para regular el clima, son esenciales para la economía mundial y para las personas en todo el mundo.
Este año, el Día Mundial llama la atención sobre el papel central de los bosques, las especies forestales y los ecosistemas en los medios de vida de cientos de millones de personas.
Prácticas indígenas
La jornada también reconoce y promueve las prácticas de manejo de los bosques y la vida silvestre que se adaptan tanto al bienestar humano como a la conservación a largo plazo de los bosques, como las que han llevado a cabo durante siglos numerosas comunidades indígenas.
En su mensaje para la jornada, el Secretario General de las Naciones Unidas pidió a todos los individuos y gobiernos del mundo que multipliquen los esfuerzos de protección de los bosques y apoyo a las comunidades forestales.
“Si lo hacemos, contribuiremos a lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible para las personas, el planeta y la prosperidad de todos”, dijo António Guterres, destacando que los bosques ayudan a regular el clima, son hogar de alrededor del 80% de las especies silvestres terrestres y proveen un medio de vida para millones de hogares.
Las familias que de alguna manera dependen de los recursos forestales constituyen el 90% de las personas más pobres del mundo, algo especialmente cierto para las comunidades indígenas que viven en esos ecosistemas o cerca de ellos.
Custodios históricos
En esos casos, argumentó Guterres, además de proporcionarles un medio de vida, los bosques les dan “identidad cultural”.
Según los datos de la ONU, más de 800 millones de personas viven en bosques tropicales y sabanas en países en desarrollo. Las comunidades indígenas y rurales mantienen una relación particularmente estrecha con esos sistemas naturales.
Esos colectivos dependen de los bosques para satisfacer prácticamente todas sus necesidades esenciales, desde alimentos y refugio hasta energía y medicamentos, pero también mantienen una fuerte relación personal, cultural y espiritual con esos entornos, por lo que se han convertido en los custodios históricos de las reservas más importantes de diversidad biológica.
Pese a esto, la explotación insostenible de los bosques continúa y daña a esas comunidades, acelerando la pérdida de biodiversidad y la alteración del clima, agregó.
Uso insostenible
Al referirse a la creciente amenaza del uso insostenible de los recursos forestales y el tráfico de vida silvestre, Guterres apuntó que cada año el mundo pierde alrededor de 4,7 millones de hectáreas de bosques debido a la agricultura insostenible, el tráfico de madera, el crimen organizado y el comercio ilegal de especies de animales silvestres.
Subrayó que el comercio de animales silvestres es un delito que, además, aumenta el riesgo de enfermedades zoonóticas, como el COVID-19.
“En este Día Mundial de la Vida Silvestre, insto a los gobiernos, a las empresas y a las personas de todo el mundo a que intensifiquen sus esfuerzos por conservar los bosques y sus especies autóctonas y a que presten atención a las voces de las comunidades forestales y les den su apoyo”, enfatizó el Secretario General.UNICEF/Vincent TremeauAldea indígena en un área remota de bosques en la República Democrática del Congo
Conmemoración
La celebración de la jornada, que este año se realizó de forma virtual, estuvo a cargo de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES) e incluyó un festival de cine y un concurso mundial de arte juvenil en el que artistas jóvenes destacaron las múltiples crisis ambientales globales que enfrentan los ecosistemas forestales, la vida silvestre y los seres humanos, desde el cambio climático hasta la pérdida de biodiversidad.
La secretaria general de la CITES, Ivonne Higuero, explicó que el objetivo del evento fue dar voz a las comunidades indígenas que viven en los bosques, compartiendo sus conocimientos y experiencias de conservación forestal para inspirar el establecimiento de modelos de interacción verdaderamente sostenibles con los ecosistemas y la vida silvestre del planeta.
Por su parte, el ministro de Agricultura y Riego de Perú, Federico Tenorio Calderón, afirmó que la vida silvestre puede generar los medios de vidas de las comunidades que comparten sus hábitats siempre y cuando se utilice de manera sostenible, como lo han demostrado muchos colectivos indígenas a través de la historia.
La jornada mundial
El Día Mundial de la Vida Silvestre, conmemorado cada 3 de marzo, fue establecido en 2013 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, para celebrar y crear conciencia sobre la importancia de la flora y la fauna del mundo.
La fecha también marca el día en que se adoptó la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) en 1973.
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