América colapsó en Costa Rica. Lo hizo en el marcador, al caer 3-0 ante Herediano, pero también en la clase y el honor. Águilas mostró su versión más débil de la era Matosas, fueron superado por el coraje de los costarricenses que en ocasiones superaron el límite de la deportividad, pero a la que los azulcremas respondieron con golpes, agresiones e impotencia.
La debacle comenzó apenas a los 27 minutos, cuando Michael Arroyo salió expulsado por una patada sobre Cristhian Lagos; después llegaron los goles de Esteban Ramírez, con un disparo que no pudo alcanzar Hugo González, para, posteriormente, el propio portero provocar el segundo gol, con un error en la salida para el tanto de Yendrick Ruiz, y así acabar con las ilusiones americanistas.
Sólo un remate de cabeza de Goltz, que pegó en el travesaño, justo antes del segundo gol de Herediano, pudo inquietar al portero tico. Los últimos minutos transcurrieron entre la furia de los futbolistas de América, que respondían con golpes y agresiones el juego de los costarricenses, que hicieron valer su condición de local, pero sobre todo hicieron colapsar emocionalmente a Águilas. Con este resultado, el conjunto mexicano necesita tres goles para empatar y no recibir ninguno de visita para ir a tiempos extras.