Ginebra, 28 de abril de 2022 (OMM) — A raíz de la muerte y la destrucción que el huracán Ida, de categoría 4, causó en los Estados Unidos de América en 2021, el Comité de Huracanes de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha suprimido ese nombre de las listas rotativas utilizadas para bautizar a los ciclones tropicales formados en el Atlántico.
En su lugar, Imani se añadirá a dichas listas, que la OMM supervisa y cuya finalidad es ayudar a comunicar los avisos de tormenta y alertar a la población de riesgos potencialmente mortales. Existen seis listas que se emplean de forma rotativa, por lo que los diversos nombres que las conforman se reutilizan cada seis años, a menos que una tormenta sea tan mortífera que se decida retirar su nombre, como en el caso de Ida. Desde 1953, cuando empezó a utilizarse el actual sistema para bautizar a las tormentas, se han suprimido 94 nombres de las listas empleadas para la cuenca atlántica.
La convención utilizada para asignar nombres a las tormentas suscita gran interés entre la población. Sin embargo, cabe señalar que es solo una pequeña parte de la labor que el Comité de Huracanes desempeña para salvar vidas, centrada en las prioridades operativas, en particular, la emisión de pronósticos y avisos de vientos, mareas de tempestad y riesgos de inundación, así como el suministro de evaluaciones de impacto.
El Comité de Huracanes está formado por expertos de los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales y su zona de competencia es América del Norte, América Central y el Caribe (Asociación Regional IV de la OMM). En su reunión anual, celebrada de forma virtual del 25 al 28 de abril, examinó la temporada de huracanes en el Atlántico correspondiente a 2021 —que se caracterizó por ser inusualmente activa— y ultimó los preparativos para 2022.
La temporada de huracanes en el Atlántico comienza oficialmente el 1 de junio y se prolonga hasta el 30 de noviembre. Sin embargo, algunas tormentas con nombre se han formado antes de la fecha de inicio oficial de la temporada en aproximadamente la mitad de los últimos 15 años, circunstancia que se ha repetido en todos y cada uno de los últimos 7 años (2015‑2021). A la espera del resultado de un estudio técnico del Servicio Meteorológico Nacional de los Estados Unidos, el Comité de Huracanes no debatió ninguna resolución para adelantar la fecha oficial de inicio de la temporada.
«El trabajo del Comité de Huracanes de la Asociación Regional IV es fundamental para velar por que nuestras naciones obren de forma coordinada mucho antes de que la próxima tormenta constituya una amenaza. Las consecuencias de una sola tormenta pueden afectar a varios países. Por ello es esencial que contemos con un plan, coordinemos las medidas adoptadas y pongamos en común los retos y las mejores prácticas», dijo Ken Graham, presidente del Comité de Huracanes y director del Centro Meteorológico Regional Especializado de la OMM en Miami/Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos.
«Entre 2017 y 2021 tocaron tierra en los Estados Unidos más huracanes de categoría 4 y 5 que entre 1963 y 2016. Esos fenómenos no entienden de fronteras internacionales. Tenemos que estar preparados».
«Según se apunta en el sexto informe de evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), está previsto que, a causa del calentamiento del clima, aumente en todo el planeta la cantidad de ciclones tropicales de gran intensidad (categoría 4 o 5), se refuercen sus vientos máximos y se incremente su pluviosidad. Los países en desarrollo y las islas pequeñas se encuentran entre los primeros en sufrir las consecuencias de estos fenómenos. La emisión de alertas tempranas exactas ha dejado de ser un lujo para convertirse en una necesidad», afirma Evan Thompson, presidente de la Asociación Regional de la OMM para América del Norte, América Central y el Caribe y jefe del Servicio Meteorológico Nacional de Jamaica.
Cada año se forman, de media, 84 ciclones tropicales con nombre en todo el mundo. En los últimos 50 años, han ocasionado una media diaria de 43 víctimas mortales y 78 millones de dólares de los Estados Unidos en pérdidas, además de entrañar una tercera parte de las muertes y las pérdidas económicas causadas por desastres relacionados con el tiempo, el clima y el agua, según las estadísticas compiladas por la OMM correspondientes al período de 1970 a 2019. Sin embargo, la cantidad de víctimas mortales ha disminuido drásticamente gracias a las mejoras en los pronósticos, los avisos y las medidas de reducción de riesgos de desastre fruto de la coordinación propiciada por el Programa de Ciclones Tropicales de la OMM.
El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, ha encomendado a la OMM la elaboración de un plan para velar por que, en los próximos cinco años, todo el mundo cuente con la protección que brindan los sistemas de alerta temprana.
Ciclones tropicales en 2021
Según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de los Estados Unidos, 2021 fue el tercer año más activo en cuanto a tormentas con nombre del que se tiene constancia. Asimismo, la de 2021 fue la sexta temporada de huracanes consecutiva en la que la actividad registrada en el Atlántico fue superior a lo normal. Por segundo año consecutivo
—y es la primera vez que esto ocurre— se agotaron los nombres ordinarios de la lista rotativa de la OMM que estaba activa ese año.
Ida fue la tormenta más devastadora de la temporada. Al convertirse en huracán de categoría 4 en la escala de Saffir-Simpson, que mide la fuerza del viento de los huracanes, alcanzó su máxima intensidad y causó daños graves o catastróficos en el sureste de Luisiana. Posteriormente, Ida se convirtió en una baja extratropical que provocó fuertes lluvias e inundaciones mortales en el noreste de los Estados Unidos. Ocasionó 55 víctimas mortales directas y 32 muertes indirectas en ese país. Los Centros Nacionales de Información Ambiental (NCEI) de la NOAA estimaron que los daños causados en los Estados Unidos por los vientos, la precipitación, las mareas de tempestad y los tornados asociados a Ida ascendieron a 75 000 millones de dólares.
Otra tormenta que causó daños importantes fue Elsa. Se formó en la zona central del Atlántico tropical a principios de temporada como huracán de categoría 1. Cabe destacar que fue el primer huracán que afectó directamente a Barbados desde la tormenta Janet en 1955, y también provocó daños en otros países del Caribe y en los Estados Unidos.
En total, se produjeron 21 tormentas con nombre, cuyos vientos alcanzaron 64 km/h (39 mph) o más, incluidos 7 huracanes, con vientos de 118 km/h (74 mph) o más. De ellos, cuatro fueron huracanes de gran intensidad, aquellos que alcanzan vientos de como mínimo 178 km/h (111 mph), según la escala Saffir-Simpson, que clasifica los huracanes en categorías del 1 al 5 en función de la velocidad máxima sostenida de sus vientos.
Los factores climáticos —y en especial el episodio de La Niña en curso en ese momento, las temperaturas de la superficie del mar superiores a lo normal observadas a principios de la temporada y las precipitaciones por encima del promedio fruto del monzón de África occidental— fueron los elementos que contribuyeron en mayor medida a que la temporada de 2021 fuera superior a la media. Otro factor que cabe destacar fue la oscilación multidecenal atlántica, un fenómeno cuya fase cálida (en la que se entró en 1995) propicia la formación de más tormentas de mayor intensidad y más duraderas.
La NOAA publicará sus perspectivas para la temporada de 2022 el 24 de mayo.
Formación de tormentas a principios de temporada
En los medios de comunicación se ha debatido mucho sobre el adelanto de la fecha oficial de inicio de la temporada de huracanes para tomar en consideración las tormentas que se producen en mayo. Muchas de ellas son sistemas híbridos (subtropicales) de corta duración que actualmente pueden detectarse gracias a la mejora del monitoreo y a los cambios aplicados en los procedimientos para bautizar a las tormentas subtropicales.
Con el fin de proporcionar información más coherente sobre los sistemas que podrían formarse a finales de mayo y principios de junio, en 2021 el Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos comenzó a emitir sistemáticamente cada 15 de mayo proyecciones del tiempo para la región tropical del Atlántico, fecha en la que también empezaron a emitirse sistemáticamente proyecciones para la cuenca del Pacífico oriental.
En 2021, el Servicio Meteorológico Nacional de los Estados Unidos estableció un equipo a fin de determinar los umbrales cuantitativos que deberían superarse para ampliar la temporada oficial de huracanes en el Atlántico o suprimir fechas de la misma, así como para examinar las posibles consecuencias que conllevaría adelantar al 15 de mayo el inicio de la temporada de huracanes. Mientras prosiga la labor de ese equipo, no se producirán cambios en el inicio de la temporada de huracanes en el Atlántico de 2022.
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