La cifra total de decesos relacionados con el coronavirus durante los primeros dos años de la pandemia sería tres veces más alta de lo que se creía y hace patente la urgencia de que todos los países inviertan en sistemas de salud más resilientes, dice el director de la agencia sanitaria mundial.

Unos 14,9 millones de personas murieron en el mundo a causa de la pandemia de COVID-19 entre el 1 de enero de 2020 y el 31 de diciembre de 2021, informó este jueves la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los nuevos estimados del organismo de la ONU suponen 9,5 millones adicionales a la cifra de fallecimientos informados durante ese periodo, que ascendía a 5,4 millones.

Para el director general de esa agencia de la ONU, estos datos no sólo evidencian el impacto de la pandemia.

“También subrayan la necesidad urgente de que todos los países inviertan en sistemas de salud más resilientes que puedan sostener los servicios de sanidad esenciales durante las crisis, incluidos sistemas de información sólidos”, recalcó Tedros Adhanom Ghebreyesus.Personal de la UCI trabajando para salvar pacientes con COVID-19 en Wuhán, China, en abril de 2020Yun LiuPersonal de la UCI trabajando para salvar pacientes con COVID-19 en Wuhán, China, en abril de 2020

Exceso de mortalidad

La OMS explicó que la nueva cifra se obtuvo calculando el exceso de mortalidad durante los dos primeros años de la pandemia.

El exceso de mortalidad se entiende como la diferencia entre el número de muertes que se han producido y el número que se hubiera esperado en ausencia de la pandemia según los datos de años anteriores.

El cálculo toma en cuenta, asimismo, las muertes que no sucedieron debido a los cambios de comportamiento social derivados de la pandemia, que redujeron los accidentes de tráfico, por ejemplo.

Los decesos en exceso no representan únicamente a las personas que sucumbieron al COVID-19 sino también a las muertes relacionadas indirectamente con la enfermedad, como las debidas a interrupciones a los programas de prevención o al tratamiento de otros decesos por el agotamiento de los sistemas sanitarios.ARCHIVO. Pacientes esperan en un pasillo del hospital Severo Ochoa en Madrid, en la primavera de 2020.Luis Díaz IzquierdoARCHIVO. Pacientes esperan en un pasillo del hospital Severo Ochoa en Madrid, en la primavera de 2020.

Datos desagregados

La OMS indicó que el 84% del exceso de muertes se produjo en el sureste asiático, Europa y América, con el 68% concentrado en diez países.

La mayor cantidad se registró en el sureste asiático, con 5,99 millones. En la lista por regiones le siguieron Europa, con 3,25 millones; América, con 3,23 millones; África, con 1,25 millones; y el Mediterráneo oriental, con 1,08 millones. El Pacífico occidental fue la zona menos afectada, con 120.000 muertes.

Los datos desagregados apuntan a un 81% del exceso de fallecimientos en los países de renta media, 15% en los de renta alta y 4% en las naciones de bajos ingresos.

Los números señalan asimismo que murieron más personas mayores que jóvenes y más hombres que mujeres, con 57% y 43%, respectivamente.Un paciente de COVID-19 en Nueva Delhi, India, esperando en una ambulancia a que se libere una cama en el hospital.UNICEF/Amarjeet SinghUn paciente de COVID-19 en Nueva Delhi, India, esperando en una ambulancia a que se libere una cama en el hospital.

Utilidad de las mediciones

La agencia de salud destacó la utilidad de conocer la cifra real de muertes para que las autoridades sanitarias responsables implementen políticas encaminadas a reducir la mortalidad y prevenir crisis futuras de manera efectiva.

La subdirectora general de Datos y Análisis de la OMS, Samira Asma, señaló que en muchas ocasiones se ignora el exceso de mortalidad porque las inversiones de los países en sistemas de datos son muy limitadas.

“Estas nuevas estimaciones utilizan los mejores datos disponibles y se han producido utilizando una metodología sólida y un enfoque completamente transparente”, abundó.

En el mismo tenor, el subdirector general de Respuesta a Emergencias, Ibrahima Socé Fall, afirmó que los datos son básicos para promover la salud, mantener seguro al mundo y servir a la población vulnerable.

“Sabemos dónde están las brechas de datos y debemos intensificar colectivamente nuestro apoyo a los países, para que cada país tenga la capacidad de rastrear brotes en tiempo real, garantizar la prestación de servicios de salud esenciales y salvaguardar la salud de la población”, dijo.Tratamiento de un paciente de COVID-19 durante la pandemia en el Hospital Mario Muñoz Monroy, en Matanzas, Cuba. (Foto de archivo)Proyecto Naturaleza SecretaTratamiento de un paciente de COVID-19 durante la pandemia en el Hospital Mario Muñoz Monroy, en Matanzas, Cuba. (Foto de archivo)

Trabajo conjunto

Para calcular el exceso de mortalidad a nivel mundial se requirió el trabajo conjunto del Grupo Asesor Técnico para la Evaluación de la Mortalidad de COVID-19, convocado por la OMS, y de todos los países.

Los expertos del Grupo desarrollaron una metodología para que muchas naciones que carecen de la capacidad necesaria para la recopilación confiable de datos pudieran obtener información lo más precisa posible.

Actualmente, el sistema de la ONU trabaja para evaluar el costo global de la pérdida de vidas por la pandemia.

De acuerdo con la OMS, la emergencia sanitaria del coronavirus ha sido un claro recordatorio de la necesidad de coordinar mejor los sistemas de datos dentro de los países y de dar mayor apoyo internacional al desarrollo de mejores sistemas, incluido el registro de muertes y otros eventos.

“La OMS se compromete a trabajar con todos los países para fortalecer sus sistemas de información de salud a fin de generar mejores datos para tomar mejores decisiones y obtener mejores resultados”, enfatizó el doctor Tedros, titular del organismo.

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