Un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) revela que el mundo está retrocediendo en sus esfuerzos por acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus formas. Colombia forma parte de los 20 países denominados como “focos críticos del hambre”.
Entre febrero y mayo de 2022, la FAO determinó que es probable que en el mundo se presente una inseguridad alimentaria aguda, cuyo deterioro tiende a expandirse en 20 países denominados como “focos críticos del hambre”, entre ellos Colombia.
Según el informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2022”, las causas de estos puntos críticos de hambre en el país son diversas; entre estas se destacan: el recrudecimiento del conflicto interno y la falta de voluntad política frente al desarrollo integral de los acuerdos de paz; el desplazamiento y los constantes flujos migratorios; los altos índices de inflación y el alza en los precios de los productos de la canasta familiar; la inestabilidad política y los distintos acontecimientos climáticos, entre ellos la contaminación ambiental.
Durante el programa Análisis UNAL, de Radio UNAL (98.5 FM),elgeógrafo Flavio Bladimir Rodríguez, de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), explica que la crisis estructural del sector agrario en el país se viene evidenciando desde los años 60 y 70, por eventos como el auge del neoliberalismo y la implementación de tratados de libre comercio (TLC) que han instaurado un “régimen alimentario”.
“El problema de la crisis alimentaria en Colombia es que hemos perdido la posibilidad de producir nuestros propios alimentos y también la autonomía (o soberanía) alimentaria”, señala.
La abogada Adriana Patricia Fuentes López, magíster en Desarrollo y Medio Ambiente de la UNAL e integrante de organización internacional de derechos humanos FoodFirst Information and Action Network (FIAN) para Colombia, señala que “para enfrentar esta dificultad el país debe ponerle lupa a la industrialización del campo”.
“Un rezago que se podría rastrear desde comienzos del siglo XX es un campo que no ha logrado modernizarse y tener condiciones adecuadas para producir. […] La pregunta que clave que deben responder los Gobiernos es: ¿cómo tecnificar el campo, darle asistencia técnica al campesinado y revalorizar su conocimiento?
Otro aspecto relevante en la discusión sobre la soberanía alimentaria del país tiene que ver con la dependencia del sector agrícola de insumos importados.
El ingeniero agrónomo de la UNAL Luis Alejandro Arias Rodríguez, director del área académica de Ciencias Biológicas y Ambientales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, comenta que “entre los 197 países reconocidos en el mundo, nosotros ocupamos el quinto puesto en compra de plaguicidas y fertilizantes, lo que quiere decir que somos insumo-dependientes”.
Señala además que “si el país realmente quiere atender el problema de la seguridad alimentaria debe revisar al menos dos importantes pilares de corto plazo: el primero es rescatar la biodiversidad, y el segundo es garantizar que no se rompan los ciclos de nutrientes que realizan los ciclos naturales, es decir el proceso de reciclado de la naturaleza para mantenerse en funcionamiento. Esto se puede lograr con acciones concretas sobre la contaminación ambiental”.
Escuche el programa completo aquí.
unperiodico.una.edu.co