Un árbol podría ayudar a salvar el mundo del calentamiento global y el cambio climático, si se le utiliza de la forma adecuada en proyectos de reforestación. El árbol kiri es una opción viable cuando se trata de condiciones austeras de agua y fertilidad de la tierra, sin embargo, hay que poner especial cuidado pues se le puede plantar únicamente donde el ecosistema lo reciba sin sufrir alteraciones.

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Desequilibrio en la atmósfera

El equilibrio natural se está rompiendo, las millones de toneladas de dióxido de carbono que ingresan anualmente a la atmósfera están ocasionando un gran desajuste en los procesos naturales de intercambio de gases. El mayor problema es que los niveles de CO2 están superando la cantidad de gases que las plantas pueden procesar mediante la fotosíntesis para convertir en oxígeno. A su vez, esto genera el llamado efecto invernadero que alimenta al calentamiento global, pues no deja escapar el calor que nos llega desde el Sol, volviéndose una bomba de calor.

Si a esto se le suma que los principales pulmones de la Tierra como la selva amazónica y los bosques primordiales de secuoyas, están sufriendo la extracción desmedida de recursos naturales, el panorama no es para nada positivo. Es por esto que los investigadores intentan descifrar las formas en las que podríamos subsanar los daños que se han generado a dicho equilibrio natural.

El kiri, el árbol que produce más oxígeno

Una de las acciones más conocidas es precisamente la reforestación para recuperar los bosques y es justamente aquí donde sale a la luz un árbol que podría ayudar a salvar al planeta del desastre. Se trata del árbol de Kiri, cuyo nombre científico es Paulownia tomentosa que es originario de Asia, específicamente de China.

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Los Kiri tienen una gran peculiaridad, consumen más dióxido de carbono y producen más oxígeno respirable que el resto de las especies arbóreas. Esto se debe a que poseen unas grandes hojas con características metabólicas. Un árbol de Paulownia captura un promedio de 21.7 kilogramos de dióxido de carbono que luego convierte en oxígeno, regresando cerca de 5.9 kilogramos del gas vital para los seres aerobios. Esto es una cifra superior a cualquier otro árbol conocido en hasta casi diez veces.

Además, es un árbol que tiene tasas de crecimiento muy elevadas con cerca de dos centímetros al día. Con esta velocidad de crecimiento alcanzaría los seis metros en menos de un año, por lo que se le considera para plantaciones de reforestación.

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Reforestación sí, pero con investigación

Aunque el kiri es un árbol prometedor para combatir el calentamiento global, también hay que tomar en cuenta que las reforestaciones no son asuntos que deban tomarse a la ligera. Requieren de investigación profunda para averiguar si la especie en mente para la plantación es apta para el ecosistema en que se piensa introducir.

En muchas ocasiones aunque la intención es buena, terminan por plantarse especies invasoras que lejos de ayudar al planeta, perjudican en gran medida al ecosistema local. Por esta razón, antes de introducir árboles de kiri, se requiere de expertos que ayuden a entender cómo el árbol productor de oxígeno podría ayudar sin generar consecuencias.

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