No hay un paisaje sonoro más encantador que el de un bosque oculto, con sus cánticos de aves y los animales que habitan en él, los sonidos naturales se vuelven una melodía inmersiva que nos conduce a la relajación. Pero qué pasaría si de pronto por alguna extraña razón, encontráramos la manera de amplificar este embelesante paisaje sonoro, entonces la experiencia estética inundaría todos los sentidos. Esta es la premisa de una exposición artística que conjunta el arte con el sonido y la conciencia del cuidado de los bosques.
Paisajes sonoros embelesantes
Titulada como RUUP, la exposición inmersiva fue colocada en el pleno corazón de un bosque ubicado a tres horas de la capital de Estonia, un país que más del 50% de su territorio está cubierto por paisajes boscosos.
Birgit Oigus, estudiante de la Academia de Bellas Artes de Estonia, es la mente detrás de esta experiencia inmersiva que extrañamente no utiliza ningún dispositivo tecnológico moderno, los cuales solemos asociar con las experiencias inmersivas. Por el contrario, únicamente hace uso del paisaje sonoro del bosque, que es amplificado por tres enormes megáfonos de madera colocados estratégicamente en el claro del bosque.
“El objetivo principal es que abandonemos por un rato la vista y nos centremos sólo en escuchar”, declaró Oigus sobre su obra. “En el bosque del condado de Voru es posible percibir sonidos familiares y a la vez renovados, ya que los mismos se nos van olvidando con la vida urbana”.
La reflexión por el cuidado de los bosques
La joven se decidió por el uso de madera para sus tres megáfonos por distintas razones. En primer lugar, explica que la madera no es un material rígido a diferencia del acero, por lo que brinda una acústica de alta definición y reproduce exquisitamente los sonidos del bosque. “Además, la forma que le hemos dado a este elemento noble logra amplificar sonidos de ciertas frecuencias como si se tratase de un auténtico megáfono”, agrega Oigus.
Además utilizó madera obtenida de desperdicios industriales por lo que ningún árbol sufrió para poder crear esta obra de arte. Oigus se ayudó de Derelict Furniture, una marca estonia de muebles de madera que se encarga de reciclar el recurso natural proveniente de los bosques y se asegura de que tengan un uso digno.
Los bosques del mundo están sufriendo la sobredemanda de madera y la industria maderera ha sobrepasado los límites legales en más de una ocasión. Es por esto que es de suma importancia hacer visible la necesidad de proteger los bosques del mundo, que son hogares de millones de especies y guardan en ellos sabiduría ancestral.
De hecho, detrás de RUUP también está el Centro Estonio para la Conservación de los Bosques. “Estamos contentos de proveer un espacio audiovisual asombroso para la contemplación, y que incluso, es una obra que se presta para que los aventureros pasen la noche entre los árboles”, dice Marge Rammo, la responsable del centro.
Más de la mitad del territorio de Etonia está cubierta por bosques, mismos que son de gran valor para sus ciudadanos y gracias a RUUP, ahora los visitantes extranjeros podrán ser parte de la reflexión sobre la importancia de estos ecosistemas.
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