En medio de la selva panameña, es posible toparse con aldeas rurales en donde viven comunidades indígenas. Aunque las comunidades indígenas varían mucho a lo largo y ancho de Panamá, lo que salta inmediatamente a la vista es el respeto compartido por la naturaleza y el medio ambiente. Las comunidades indígenas panameñas desempeñan un papel importante en la preservación de la diversidad del paisaje cultural y biológico. Sin embargo, siguen haciendo frente a la marginación social, la pobreza y la falta de recursos y las dificultades para acceder a la educación. La pandemia de COVID-19 aumentó estos desafíos, especialmente debido al cierre de escuelas, lo que afectó a estudiantes, docentes y comunidades locales.

Debido a normas y prácticas socioculturales profundamente arraigadas que se han institucionalizado en la sociedad y en el sistema educativo, los alumnos indígenas tienen oportunidades limitadas de acceso a la educación, de permanecer en ella y completar sus estudios. Durante el confinamiento y los periodos de cuarentena tanto los estudiantes como los docentes no pudieron asistir a sus centros educativos.

Sin embargo, a pesar de los desafíos debido a la pandemia, considerando que todos los estudiantes deben seguir aprendiendo, la comunidad educativa, desde los docentes hasta el Ministerio de Educación, se movilizó para garantizar que los niños pudieran seguir aprendiendo a distancia y volver a la escuela lo antes posible.

ESD in Panama

Docentes del Centro Educativo Bucori

© Escuela Bucori

Garantizar que nunca se interrumpa el aprendizaje

A pesar de que muchos hogares indígenas no tienen acceso a las tecnologías digitales, los docentes, los padres y los niños de las escuelas locales adoptaron un enfoque integral y se comprometieron a encontrar soluciones innovadoras. Por ejemplo, el Centro Educativo Bucori, situado en el distrito de Kasupin, se puso en contacto con la Asociación de Padres para elaborar materiales de estudio que permitieran a los niños aprender a distancia y mantener el contacto con sus profesores. Cada profesor contribuyó construyendo e imprimiendo módulos para sus alumnos. En mayo de 2022, tras las medidas de seguridad establecidas por el Ministerio de Educación y el Ministerio de Sanidad, los niños pudieron volver a la escuela asistiendo a una enseñanza híbrida.

Como directora de este centro, me preocupaba mucho la educación de los niños de la comunidad, así que decidí reunirme virtualmente con mis colegas para motivarlos a encontrar una manera de trabajar con nuestros alumnos. Decidimos crear módulos de estudio.

Juana González, directora del Centro Educativo Bucori

Además, la movilización de la comunidad proporcionó al Centro Educativo Bucori y a sus docentes y personal la oportunidad de participar en un taller para formadores sobre Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS).

Preparar a los alumnos para el cambio climático

La EDS pretende dotar a los alumnos de todas las edades de los conocimientos, competencias, actitudes y valores necesarios para que hagan frente a los retos mundiales interconectados como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, el uso no sostenible de los recursos y las desigualdades socioeconómicas. Los talleres ayudaron a que el centro educativo adquiriera los conocimientos necesarios para promover distintos programas y actividades en torno al desarrollo sostenible y el cambio climático.

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Alumna del Centro Educativo Bucori

© Escuela Bucori

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Actividad de EDS en la escuela Las Gaitas

© Escuela Las Gaitas

Mientras tanto, en el distrito de Capira, la comunidad educativa de la escuela Las Gaitas también tuvo que hacer frente a la crisis sanitaria mundial e intentó garantizar la continuidad pedagógica de sus 45 alumnos. Se mantuvieron estrechos vínculos entre docentes, padres y alumnos. Se incitó a los padres a que siguieran implicándose tanto dentro como fuera del aula, ya que su apoyo fue esencial durante la pandemia para ayudar a los alumnos a sentirse más seguros y confiados.

La pandemia significó también una oportunidad para que la escuela Las Gaitas integrara la EDS en la estrategia de adaptación de la comunidad. Mediante la gestión eficaz de los fondos asignados por el Ministerio de Educación de Panamá, la coordinación del apoyo recibido de los benefactores de la comunidad, así como la colaboración con los padres para cultivar un huerto escolar, la escuela logró evitar la escasez de comida en el comedor. Los alumnos recibieron un plato diario de alimentos nutritivos, algo que influyó directamente en que obtuvieran mejores rendimientos escolares.

Como director de la escuela, reconozco la importancia de una buena alimentación para los alumnos, ya que de esta manera se obtienen mejores resultados en el aprendizaje, por lo que, junto con mi equipo, nos esforzamos no sólo para llevar a cabo una gestión eficiente con fondos propios, sino también en generar alianzas para adquirir apoyos en diversos ámbitos con miras a satisfacer las necesidades de la escuela.

Alejandro González, director de la escuela de Las Gaitas

Gracias a los talleres sobre EDS organizados por la Oficina Regional de la UNESCO en San José, los docentes y el personal de las escuelas adquirieron nuevas experiencias y conocimientos para poner en marcha programas y proyectos sobre desarrollo sostenible, así como para compartir experiencias entre ellos. Los participantes adquirieron una nueva perspectiva sobre cómo mejorar los planes de estudio, la pedagogía y las infraestructuras para ofrecer una educación de calidad a sus alumnos.

La pandemia de COVID-19 puso a prueba la capacidad de los docentes, los educandos y las comunidades locales de todo el mundo para adaptarse a una crisis sin precedentes. Sin embargo, como han demostrado estas dos escuelas de Panamá, la solidaridad y el compromiso de la comunidad local tienen el poder de garantizar la continuidad transformadora del aprendizaje y de fomentar las condiciones sociales adecuadas y un planeta más sostenible y equitativo.

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