Madrid, (EFEVerde).- El 1 de enero entrará en vigor un impuesto a los envases de plástico no reutilizable que recaerá sobre gran parte de la industria (botes, botellas,…): a día de hoy, con las notas e instrucciones «ambiguas» de la Agencia Tributaria y sin reglamento es «ingestionable» dice, en una entrevista con Efe, Belén Palao, asesora fiscal, de la Asociación Española de Asesores Fiscales (Aedaf).

Pese a ello, se trata de un tributo que llegará «para quedarse», porque el Gobierno no tiene margen para echarse atrás como consecuencia de sus compromisos con Europa, ha explicado Belén Palao, miembro del grupo de expertos en impuestos indirectos de la asociación Aedaf.

Habrá que ver, por otra parte, si las sanciones serían aplicables, ha añadido, dada «la enorme ambigüedad» del impuesto, tanto para los afectados como para la propia Agencia Tributaria a la hora de gestionarlo y liquidarlo.

«No conozco ningún impuesto moderno implantado en España sin reglamento de desarrollo», ha advertido la experta.

«En ausencia de normativa de desarrollo, si no te dicen cómo tienes que hacer, ni te dicen cómo liquidar bien el impuesto, y solamente se hace en base a instrucciones no vinculantes, habría que plantearse qué sanciones serían aplicables», ha explicado Palao.

El tributo recaerá prácticamente sobre toda la industria: botes de droguería, de champú, gel, etc.; a los envases de detergente, botellas, envoltorios de almacenaje para el transporte de latas de bebidas, a los plásticos con burbujas para proteger objetos,…

Ampliada la base de tributación

Al principio, se pensaba que afectaría a los envases de plástico de un solo uso vinculados con la Unión Europea, pero se ha ampliado toda la base de tributación y afectará a cualquier tipo de envase de plástico no reutilizable, independientemente de la industria.

Este impuesto recaerá sobre la fabricación, importación o adquisición intracomunitaria de los envases que conteniendo plástico no sean reutilizables.

Según Belén Palao, el Gobierno carece de margen para recular porque la medida se inscribe dentro del acuerdo de resiliencia y recuperación del Gobierno español con la Comisión Europea tras la pandemia del coronavirus por el que España se comprometió a cumplir varias medidas para recibir ayudas, de las cuales ya ha percibido un primer paquete.

En su opinión, «sería muy extraño que la aplicación de este impuesto se pudiera retrasar un año», al menos, como han reclamado grupos políticos como el PP.
«Estamos ahora mismo -ha añadido- en una situación de tierra de nadie en donde los asesores y operadores no tenemos idea de cómo enfocar este proyecto, sin reglas ni instrucciones claras sobre cómo gestionarlo».

A ello se añade que apenas existen datos sólidos ni registros en el sector sobre porcentajes de plástico en los envases, y menos aún de las cantidades relacionadas con el plástico reciclado contenido en los productos.

Este tributo, recogido en la ley de residuos y suelos contaminados para una economía circular, en vigor desde abril de 2022, ha sido planteado por el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco), con una propuesta de «impuesto muy genérico sin tener en cuenta las problemáticas que implica y sin contar para nada con el modo en el que funcionan las empresas».

Con esos mimbres, es la Agencia Tributaria quien tiene que perfilarlo, y está trabajando en el modelo de control y gestión fiscal del impuesto, pero ni hay reglamento de desarrollo, ni visos de haberlo al menos en un tiempo razonable según la propia Agencia Tributaria, aunque en cualquier caso habría de reformarse previamente la nueva ley de residuos.

Habrá casos que a la empresa le resultará mucho más costosa la gestión del impuesto que lo que es en sí el gravamen, con un tipo de 0,45 euros por cada kilogramo de plástico no reciclado, ha concluido. EFEVerde