El agua residual y la no tratada transportan bacterias y microorganismos que pueden generar enfermedades e incluso ocasionar la muerte. En Colombia cerca de 3,8 millones de personas consumen agua que no es apta para los humanos. De los 1.122 municipios del país, solo 541 cuentan con algún tipo de planta de tratamiento. Investigadores de la UNAL proponen una hoja de ruta para enfrentar la problemática.

Fernando Heli Romero Ordóñez | docente de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL)share

Las principales enfermedades asociadas con falta de saneamiento básico son diarreas generadas por <i/>Escherichia coli, disentería bacteriana, fiebre tifoidea, dengue e infecciones por salmonella. Foto: archivo Unimedios.»>Las principales enfermedades asociadas con falta de saneamiento básico son diarreas generadas por <i>Escherichia coli</i>, disentería bacteriana, fiebre tifoidea, dengue e infecciones por salmonella. Foto: archivo Unimedios.</p>



<p>El agua es un derecho fundamental que los Estados deben garantizar; en ese derecho, el acceso, la disponibilidad y la salubridad del recurso son prioritarios para vivir y hacer tareas básicas como bañarse, comer o lavar la ropa. Pese a que el agua es vital, en el mundo son más los que no tienen acceso a ella y tienen que enfrentarse, por ejemplo, a beberla de ríos o pozos contaminados, lo que ocurre tanto en las grandes ciudades como en lugares recónditos.</p>



<p>Según datos de Unicef de 2019, alrededor de 2 billones de personas no cuentan con el servicio de agua potable, 4,2 billones no tienen servicios de saneamiento adecuado y 3 billones no poseen instalaciones básicas para la higienización de las manos. Este panorama aumenta las desigualdades, como señala el Informe del Programa Conjunto de Monitoreo (JMP) de la OMS y Unicef, 2000-2017, el cual destaca además que 8 de cada 10 personas que viven en áreas rurales no tienen acceso a servicios de agua tratada, higiene y saneamiento básico.</p>



<p>En Colombia la situación es preocupante: cerca de 3,8 millones de personas toman agua no apta para consumo humano (Sistema de Vigilancia de la Calidad del Agua-Instituto Nacional de Salud, 2020). El servicio de tratamiento de aguas residuales es insuficiente, de los 1.122 municipios del país, solo 541 cuentan con algún tipo de planta de tratamiento de aguas residuales (Superservicios, 2018).</p>



<h3 class=Así se contamina el agua

Las corrientes de agua se pueden contaminar de varias maneras: (i) por aguas residuales de origen urbano o rural –también llamadas negras o cloacales–, que son las que provienen del uso doméstico, como baños, lavadoras y fregaderos, entre otras; (ii) por aguas residuales industriales provenientes de todo tipo de industrias, incluyendo la del petróleo y las químicas, que producen algunas sustancias contaminantes peligrosas como compuestos químicos orgánicos y elementos químicos inorgánicos; y (iii) por aguas de origen agrícola, que contienen agrotóxicos, plaguicidas y herbicidas que causan la muerte de plantas y animales acuáticos. Además, los fertilizantes causan un desarrollo excesivo de algas, que desequilibran el ecosistema.

Dentro de los efectos de la contaminación del agua están los físicos, como mal olor, cambio de color, turbidez, fermentación, cambio de temperatura; los químicos, que generan la disminución de la concentración necesaria de oxígeno para la vida acuática; y los biológicos, como la muerte de plantas y animales, y la generación de enfermedades en el hombre.

Las principales enfermedades asociadas con falta de saneamiento básico son diarreas generadas por Escherichia coli, disentería bacteriana, fiebre tifoidea, dengue, infecciones por salmonella, cólera, leptospirosis, hepatitis A, rotavirus como agente transmisor de gastroenteritis, enfermedades parasitarias (Cryptosporidium, Giardia lamblia), amibiasis y arboriasis, parásitos intestinales (Ascaris lumbricoides Trichuris Trichiura) yTracoma, entre otras.

De ahí que contar con acceso a agua potable, colecta y tratamiento de aguas residuales se refleja en la disminución de enfermedades asociadas con el agua, una mejor calidad de vida, y consecuentemente con la reducción importante de los gastos en el sistema de salud. Este año la empresa BRK Ambiental do Brasil realizó un estudio económico que concluye que en los países del tercer mundo una inversión de 0,19 dólares en saneamiento básico representa 5,53 dólares en beneficios sociales, salud, calidad de vida y condiciones socioeconómicas.

¿Qué es el saneamiento básico y cuál es su rol en la salud de las personas?

Es un conjunto de servicios que incluye la distribución de agua potable, el tratamiento de aguas residuales, redes de distribución, colecta de residuos sólidos, incineración de productos tóxicos, entre otros. Estos servicios tienen un impacto directo en la salud del ser humano, su calidad de vida y en el desarrollo de la sociedad.

En términos generales la salud se puede asociar no solo con la ausencia de enfermedades sino también con el bienestar físico, mental y social. En el caso de la salud infantil el saneamiento básico permite reducir la aparición de enfermedades e incluso la muerte, y además incidir en el desarrollo de la educación.

Sin embargo, en Colombia la universalización del saneamiento básico representa un gran desafío, ya que afecta directa e indirectamente la salud de las personas. El agua es esencial para la vida, fuente de alimentos, comercio y actividades humanas que dependen de ella.

En países como Colombia el saneamiento básico es insuficiente, el agua residual y la no tratada pueden transportar elementos químicos inorgánicos y compuestos químicos orgánicos, así como gran cantidad de bacterias y microorganismos perjudiciales para la salud generando enfermedades e incluso la muerte. Estas, conocidas como enfermedades hídricas, están relacionadas con el consumo de aguas no tratadas.

El saneamiento básico, la salud y la educación van de la mano, especialmente en relación con la salud infantil, la reducción de la morbilidad y mortalidad, y el desarrollo de la educación. Foto: René Valenzuela - Ministerio de Vivienda Ciudad y Territorio.&nbsp;El saneamiento básico, la salud y la educación van de la mano, especialmente en relación con la salud infantil, la reducción de la morbilidad y mortalidad, y el desarrollo de la educación. Foto: René Valenzuela – Ministerio de Vivienda Ciudad y Territorio.&nbsp;

El impacto en Colombia y la falta de información

El país carece de un registro del número de internaciones hospitalarias y muertes asociadas con enfermedades hídricas; esta ausencia de información hace que no se tengan los valores gastados por el Estado y los particulares por fallecimientos e internaciones hospitalarias. Si bien el país ha logrado reducir la mortalidad infantil por diarrea, aproximadamente el 7,3 % de la mortalidad infantil se atribuye a enfermedades diarreicas (1.450 a 1.820 muertes por año). Se estima que el 90 % de los casos y hospitalizaciones por esta enfermedad son atribuidas a la calidad del agua y la falta de saneamiento básico (Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, 2012).

Investigadores de la UNAL proponen hoja de ruta para enfrentar la problemática

Los investigadores de la Cátedra Pasivo Ambiental ofrecida en el Instituto de Geociencias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) plantean que:

1.      En Colombia es necesario un nuevo marco regulatorio de saneamiento que modifique la política actual, lo cual también podría ayudar a la economía pospandemia.

2.      Es importante unificar las leyes regulatorias emitidas conjuntamente por los Ministerios de Salud y de Medio Ambiente, y las Corporaciones Autónomas Regionales. Las autoridades deben gestionar para que los acueductos rurales presenten mayor eficiencia y eficacia respecto a la potabilización del agua y su distribución.

3.      Se deben definir las situaciones ambientales que representan peligro para la salud de los seres humanos e implementación del Pasivo Ambiental en el país como ley.

4.      Es necesario estimular la inversión pública y privada para el desarrollo de acueductos, redes de distribución de agua potable, estaciones de tratamiento de aguas residuales, cooperativas de reciclaje y centros de enseñanza ambiental.

Los estudios realizados en la Cátedra del Pasivo Ambiental también indican la necesidad de promover la cátedra ambiental en sala cunas, escuelas y colegios. Estimular el desarrollo ambiental e inversión económica en todas las regiones del país generará progreso, incremento de la construcción civil, empleo, mejoría en la salud de la niñez y adultos mayores, menos problemas de internación hospitalaria, desarrollo urbanístico y cultural.

Cuando se incrementa la densidad demográfica la solución más económica y definitiva es implementar un sistema público de abastecimiento de agua potable. Desde la óptica sanitaria, la solución colectiva y más adecuada –por ser eficiente y eficaz– es el control de áreas manantiales y de reserva, y la calidad del agua que se distribuye a la población. Para que sea satisfactorio, el ofrecimiento de agua debe tener como principios la cantidad y la calidad; en cantidad de modo que atienda todas las necesidades de consumo, y en calidad adecuada para las finalidades a las cuales se destina.

El saneamiento básico, la salud y la educación van juntos de la mano, especialmente en relación con la salud infantil, la reducción de la morbilidad y mortalidad, y el desarrollo de la educación. Poseer saneamiento básico también significa tener dignidad.

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