Gemma Bastida.- Málaga.- Repoblar la Península con 47 millones de ejemplares de Apis mellifera iberiensis, más conocida como abeja ibérica, es el objetivo de un proyecto que se ha puesto en marcha en España para revertir la “tendencia a la desaparición” de esta raza de abejas autóctona, tan necesaria para la preservación de los ecosistemas.
Se trata del proyecto Smart Green Bees, que ha impulsado la compañía tecnológica LG con la colaboración de la asociación El Rincón de la Abeja, socio técnico de la iniciativa, y de apicultores artesanales de distintas regiones de España, como Málaga, Valencia o Barcelona.
La abeja ibérica o española es la única especie oriunda de la Península, pero su población está retrocediendo a pasos acelerados por factores como la sequía, las enfermedades que afectan a la especie y la rentabilidad a la baja de los apicultores, pues no es la raza más eficiente para la producción de miel.
Una abeja por cada habitante
La iniciativa pretende expandir la Apis mellifera iberiensis en toda España con hasta 47 millones de nuevas abejas en un plazo de dos años, “una por cada habitante”, explica a EFE Paola Vecino, presidenta de la asociación El Rincón de la Abeja.
“Estamos escogiendo enclaves que son propicios para esta expansión de enjambres, donde se pueda llevar a cabo una apicultura sostenible y ello revierta en un beneficio para el ecosistema”, señala enfundada en un traje de apicultor desde una finca del Parque Natural Montes de Málaga, donde han colocado las primeras colmenas que han de ayudar a esta recuperación demográfica de la abeja ibérica.
En Málaga colabora con el proyecto el apicultor artesano José Sebastián Sánchez, fundador hace una década de Mieles Joseíllo, una firma local que cuenta con una larga tradición y una producción sostenible, ya que “tiene exactamente el número de colmenas que corresponden a esta zona por la carga floral que hay”, destaca Vecino.
En este paraje montañoso, situado a escasos veinte minutos en coche de Málaga capital, podemos encontrar una gran diversidad de plantas, como salvia, tojo, jara o cantahueso, que aseguran que las abejas tengan disponibilidad de recursos -flores que polinizar- “la mayor parte del año”.
En esta finca, en la que viven también cabras, perros y gallinas, se han instalado por ahora 14 colmenas, aunque la previsión es que pronto sean 45: “Eso implica triplicar el número de abejas en poco tiempo, en cuestión de un año y medio”, precisa Vecino.
Una colmena en fase inicial, de reciente creación, puede albergar entre 5.000 y 6.000 abejas, aunque esta cifra puede alcanzar los 60.000 ejemplares al cabo de unos meses. Esta expansión suele darse entre primavera y el verano.
Pero como la apicultura no es matemática y existen “mil factores” que pueden hacer que una colmena no pueda progresar, los impulsores del proyecto Smart Green Bees han “sobrecalculado” el número de enjambres que tienen que implantar teniendo en cuenta que puede haber enfermedades y otras pérdidas por motivos naturales e incontrolables que hagan que no prospere un panal.
“En esta zona, por ejemplo, es bastante frecuente que los jabalíes ataquen a las colmenas, por eso intentamos escoger varios enclaves y sobreestimar el número de enjambres que se van a necesitar para llegar a esos 47 millones de abejas para asegurar el éxito del proyecto”, señala Paola Vecino.
Incorporan sistemas de monitorización biométricos
Las colmenas instaladas en Málaga incorporan sistemas de monitorización biométricos que “no afectan en absoluto al desarrollo de los enjambres” y que permiten evaluar de un modo simple el crecimiento demográfico de las abejas de cada colmenar.
Esta tecnología, además, ofrece información relevante como el peso, la humedad interna, la temperatura o el sonido de las abejas, para seguir en tiempo real el estado de salud de las colmenas.
Según LG, las quince colmenas instaladas en Málaga contienen ya unas 15.000 abejas cada una y esta cifra crecerá en los próximos meses gracias a la riqueza floral del entorno y el “clima privilegiado” de la provincia, “cuyos 300 días de sol al año permiten un cuidado eficiente y poco intrusivo”.
La abeja ibérica tiene unas características morfológicas que la diferencian de otras razas de Apis mellifera: son de color oscuro, más pequeñas que las abejas europeas y con una lengua más larga, tienen rayas poco difuminadas y presentan un comportamiento algo nervioso y agresivo. EFEverde