Ingrid Arce lleva más de la mitad de sus 30 años de vida, en el oficio del reciclaje; comparte labores con su padre a quien sus compañeros de trabajo, le llaman cariñosamente ´Galleta´.
No es un ambiente fácil para esta madre de dos pequeños. Su jornada diaria comienza casi de madrugada y se extiende hasta las 5:00 de la tarde, hora en la que ya ha logrado llevar en su chana (carro con volco pequeño), unos tres viajes de residuos sólidos que deposita en la Estación de Tránsito, EDT, ubicada en la carrera 50 con Avenida Simón Bolívar, al sur de Cali.
Es tan experta al volante como en el arte de ´palear´. Lo hace, incluso, mucho más rápido que muchos de sus colegas. Va preparada para la tarea con sus botas de punta de metal, sus pantalones gruesos, camisa y sombrero de manga larga y una faja para evitar lesiones lumbares. Su juventud se refleja en su rostro, pero Ingrid se siente tranquila en medio de todo: “Aquí todos me respetan y son muy chéveres”, afirmó.
Ella recibió hace unos años de la administración caleña, una chana para reemplazar a su viejo caballo y poder trabajar más rápidamente: “es lo mejor que nos ha podido pasar. Ese carrito no molesta para nada. Trabajamos muy bien y muy a gusto”, comentó.
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Así como Ingrid, un promedio de 250 trabajadores del reciclaje se concentra en este punto de recepción de residuos sólidos en Cali. Pronto ellos y la ciudad podrán ver como realidad la iniciativa que por años viene pidiendo el territorio: “poder darle cerramiento a este punto de transferencia; vamos a cumplir por fin la sentencia que tenemos desde el 2010. Esto va a tener un tema social y también uno de movilidad porque no vamos a tener camiones generando congestión acá en la 50”, afirmó Diego Cortés, director de la Unidad Administrativa de Servicios Públicos de Cali (Uaesp).
Y agregó el funcionario: “El tema social se da porque tan pronto como entreguemos esta estación de transferencia en cota cero se la concedemos a CVC y a Plan Jarillón para que ellos terminen 60 metros que faltan de su dique y CVC puede finalizar el parque lineal que están ejecutando”, indicó.
Ingrid y sus colegas apoyan la idea, pues admiten que habrá mucho más espacio para el depósito del material y así mismo, para hacer un mejor proceso de separación de los residuos.
El espacio de la 50 con Simón Bolívar es un lugar que se colmata rápidamente pues su extensión es pequeña. Al respecto, Cortés explicó: “allí tenemos 2600 metros cuadrados. Estaban llegando al principio de la administración de Jorge Iván Ospina, unas 250 toneladas diarias. Este 2023 iniciamos con unas 350 y 400 toneladas diarias de RCD; por eso se creció desaforadamente la colmatación de este punto de transferencia. En el nuevo vamos a tener entre 3 y 4 hectáreas; es decir, un terreno 10 veces más grande que el de la Simón Bolívar” puntualizó.
Según el director de la Uaesp “en el mes de marzo y abril de este año estaremos sacando ya la licitación para hacer el cierre perimetral: un muro de 2.50 o 3 metros de altura, para poder tapar todo este impacto visual y empezar a hacer el trabajo de que los chaneros ya no lleguen aquí, sino que lo hagan directamente a ese centro de transferencia. La meta que tenemos con el alcalde Ospina es que este primer semestre esté cerrada esta estación de transferencia de la 50, y el trabajo se traslade al nuevo punto limpio”, aseguró el funcionario.
Mientras esta iniciativa se vuelve una realidad, Ingrid y su padre continúan sus viajes, bromean entre ellos y se embarcan para continuar con una labor que se ha convertido en un legado familiar para ellos y un sustento para más de 250 familias en Cali.
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