Ganar para cancelar el empate de Ferraris, ganar para seguir compitiendo en la liga, ganar para preparar mejor la ida de los octavos de final contra el Oporto.
GANAR. Inter lo hace, la misión está cumplida. Tres goles y tres puntos, ante un Udinese siempre en juego y molesto. Las firmas: la de Lukaku, luego Mkhitaryan, auténtico motor de la segunda parte. Y por último, Lautaro. 3-1: El Udinese, en la primera parte tras la ventaja de Romelu, había encontrado la igualdad con Lovric. Entonces todo se decidió entre los minutos 72 y 73: dos minutos que partieron el partido y en los que Mkhitaryan puso la pata decisiva.
Tras el empate sin goles del lunes en Génova, el Inter vuelve al césped de San Siro ante el Udinese con seis novedades en el once inicial respecto al partido de los Ferrari. Si en Liga hay que correr, también es cierto que el Oporto llegará el miércoles a San Siro para disputar la ida de los octavos de final de la Champions. Handanovic entre los postes, Darmian en la línea de defensa, Brozovic de nuevo de titular por primera vez desde el 18 de septiembre (sólo desde la ida ante el Udinese), por delante de la dupla Dzeko-Lukaku. Nerazzurri con luto en el brazo para recordar a Ilario Castagner, entrenador nerazzurri en 1984-1985, fallecido el sábado.
El Udinese apuesta por el clásico 3-5-1-1 con Thauvin apoyando a Beto. El inicio del partido no fue muy bueno, pero el Inter dejó las cosas claras de inmediato: supremacía territorial, muchos jugadores atacando la mitad contraria. Misión cumplida solo en parte porque la organización del Udinese permite que los invitados se defiendan y se relajen en las reanudaciones con las flechas de Pereyra y Lovric, centrocampistas con licencia para ir y rematar. Lukaku está vivo, y el gol inicial nació de su iniciativa. La escapada de Romelu se materializa en una buena asistencia para Dzeko, cuyo turno es bloqueado por Becao; sobre los desarrollos de la acción Dumfries es desembarcado en la zona por Walace. Penalti claro, que el colegiado Dionisi sanciona a los pocos minutos gracias al VAR.
Va al spot Lukaku, que centra pero encuentra la atajada de Silvestri. El colegiado Dionisi, sin embargo, gracias al VAR, ordena inmediatamente la repetición: Masina, que intervino en la refutación, había entrado en el área antes de la ejecución del penalti. De nuevo Lukaku, esta vez marcó el 1-0. Un gol, el del número 90, que faltaba en la Serie A desde la primera jornada, de agosto, en el campo del Lecce.
El gol debería dar aún más impulso al Inter, que sin embargo no encuentra continuidad. El ritmo del partido no es alto, la posesión del balón no da los resultados esperados y el Udinese se mantiene en el juego, pudiendo aprovechar los contraataques e inserciones. El cuadro nació de una jugada clásica del Udinese, con Pereyra volando por el centro-derecha, atrayendo hacia sí a toda la defensa antes de servir a Lovric en el lado contrario, muy bueno congelando a Handanovic con la derecha.
Inzaghi envía a D’Ambrosio al campo por Darmian al comienzo de la segunda mitad. Subir el ritmo es la única manera de poner dudas en un Udinese muy concentrado capaz de volcar rápidamente la acción apoyándose en Beto. Dumfries y Dimarco empiezan a martillar con firmeza por la banda pero es sobre todo Mkhitaryan quien se encarga de la acción ofensiva. El Inter llega con más frecuencia al área, Silvestri es bueno justo en la violenta conclusión de Mkhitaryan. Los nerazzurri buscan el episodio correcto, Lautaro y Calhanoglu también entran al campo para dar nueva energía.
Alrededor de la media hora se decide el partido. Los equipos se dividen en dos y en 120 segundos se decide el destino del partido. Por un lado Dzeko le disparaba certeramente a Silvestri, por otro lado el Udinese retomaba con un cuatro contra dos que Success no lograba concretar para la gran parada de Dumfries. El balón nunca sale, se va al otro lado otra vez y Dimarco le sirve el balón del partido a Mkhitaryan que golpea imparable a Silvestri desde la frontal. Un gol hermoso y liberador, que alegra a San Siro y obliga al Udinese a lanzarse hacia adelante, dejando amplio espacio.
Lautaro lo aprovecha, o mejor dicho. Primero, Toro derrocha el mano a mano con Silvestri, mandando su toque alto al área. Pero menos de un minuto después Lautaro se las arregla, firmando el 3-1 de lateral derecho, en un gol que recuerda al anotado en la Supercopa ante el Milan.
Es el gol de la seguridad: llega en el minuto 89 y deja un respiro, pese a que el Udinese, nunca doblega, se lanza orgulloso hacia adelante. Pero no hay más tiempo, los tres puntos son nerazzurri. Ahora dirígete a Oporto: ¡el miércoles es la Champions League!
inter.it