Pastos marinos saludables para un planeta sano
En mayo de 2022, la Asamblea General adoptó la resolución A/RES/76/265 que proclamaba el 1 de marzo como Día de los Pastos Marinos. La resolución pone de relieve la urgente necesidad de crear conciencia a todos los niveles y de promover y facilitar la toma de medidas para conservar los pastos marinos a fin de contribuir a su salud y su desarrollo, teniendo presente que mejorar los servicios y las funciones ecosistémicos es crucial para la consecución de los Objetivos de DesarrolloSostenible (ODS).
Por qué son importantes los pastos marinos
Los pastos marinos son plantas con flores marinas que se encuentran en aguas poco profundas en numerosos rincones del planeta, desde los trópicos hasta el círculo polar ártico. Forman extensas praderas marinas en las cuales se han desarrollado hábitats complejos, altamente productivos y de gran riqueza biológica.
A pesar de que apenas cubren el 0,1% del fondo oceánico, estas padreras marinas proporcionan alimento y refugio a miles de especies de peces, caballitos de mar, tortugas…, además de proporcionar sustento a algunas de las mayores pesquerías del mundo. Los pastos marinos pueden mejorar la calidad del agua al filtrar, reciclar y almacenar nutrientes y contaminantes, y reducir la contaminación de los alimentos marinos. Altamente eficientes como sumideros de carbono, pueden almacenar hasta el 18 % del carbono oceánico mundial, lo que las convierte en una poderosa solución basada en la naturaleza para hacer frente a los impactos del cambio climático. Como permiten amortiguar la acidificación de los océanos, contribuyen también a la resiliencia de los ecosistemas y las especies más vulnerables, como los arrecifes de coral. Asimismo, actúan como primera línea de defensa a lo largo de las costas al reducir la energía de las olas, por lo que protegen a las personas del creciente riesgo de inundaciones y tormentas.
Un recurso en peligro
A pesar de su importante contribución al desarrollo sostenible y a la mitigación y adaptación al cambio climático, este componente básico de la biodiversidad marina está en peligro y solo una cuarta parte de todas las praderas se encuentran dentro de áreas marinas protegidas.
Desde la década de 1930, se ha observado un declive de los pastos marinos a nivel mundial: el censo más reciente estima que se está perdiendo un 7 % anual de este hábitat marino clave. Cabe destacar que el 21 % de las especies de estos pastos están categorizadas como casi amenazadas, vulnerables y en peligro en la Lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
La combinación de las distintas presiones que ejercen el desarrollo costero, la contaminación, incluida la escorrentía terrestre, el cambio climático, el dragado y las actividades de pesca y navegación no reguladas son factores clave de la degradación de las praderas marinas y sus ecosistemas.
La protección funciona
No obstante, a pesar de la tendencia general de pérdidas en todo el mundo, no faltan motivos para mantener la esperanza, ya que algunas zonas han mostrado una ralentización de la pérdida o una recuperación sustancial. Estos casos de restauración se pueden atribuir con frecuencia a intervenciones concebidas para reducir el efecto de los factores de estrés causados por los seres humanos.
Las praderas marinas son esenciales para la vida submarina y para la vida humana. Concienciar sobre su importancia para el bienestar de las comunidades, ya se trate de la seguridad alimentaria vinculada a la producción pesquera, la mejora de la calidad del agua filtrada por las praderas, la protección de las costas contra la erosión, las tormentas y las inundaciones, o la captura y el almacenamiento de carbono, contribuirán a los esfuerzos mundiales por conservar, gestionar mejor y restaurar esos ecosistemas.
En última instancia, la protección y restauración de las praderas marinas ayudará a los países a alcanzar múltiples objetivos económicos, sociales y nutricionales, que sean coherentes con las políticas implementadas a escala nacional, regional o global y que estén respaldados por estas. Por ejemplo:
- Los beneficios de conservar y restaurar las praderas marinas también pueden ayudar a los países a alcanzar 26 metas e indicadores asociados con diez de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
- Dada la capacidad de almacenamiento y secuestro de carbono de estos ecosistemas, su inclusión en las contribuciones determinadas a nivel nacional puede respaldar a los países en la consecución de los compromisos adquiridos en virtud del Acuerdo de París y la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
- A fin de proteger la integridad de los ecosistemas marinos y la biodiversidad, es también fundamental la inclusión de los ecosistemas de pastos marinos en el marco mundial para la diversidad biológica después de 2020 y el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB).
- La restauración de los pastos marinos también facilita a los países el cumplimiento de los compromisos del próximo Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas.
La gestión, la conservación y la restauración de los pastos marinos deberían ser un componente esencial de las estrategias de economía azul sostenible en el futuro. En varios países, ya se han puesto en marcha proyectos, y algunos han sido seleccionados como iniciativas emblemáticas de la restauración mundial. Elegidos como los mejores ejemplos de restauración de ecosistemas a gran escala y a largo plazo, estos proyectos encarnan los diez principios de restauración del Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas.
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