El sistema climático de la Tierra está fuera del equilibrio energético como resultado del cambio climático inducido por el hombre. El calor se ha acumulado continuamente durante las últimas décadas, calentando el océano, la tierra, la criosfera y la atmósfera.

Un nuevo estudio, ‘Calor almacenado en el sistema terrestre 1960-2020: ¿adónde va la energía?’, muestra que el desequilibrio energético terrestre sigue creciendo y ha aumentado casi un 50 % en los últimos 14 años en comparación con la cantidad acumulada durante la última mitad de una década.

Infografía sobre adónde va el calor adicional en la Tierra: tierra, océano y atmósfera

El Desequilibrio de Energía de la Tierra (EEI), la diferencia entre la cantidad de energía del sol que llega a la Tierra y la cantidad que regresa al espacio, sirve como una métrica fundamental para permitir que el Sistema Mundial de Observación del Clima (GCOS) copatrocinado por la OMM evalúe qué tan bien responde el mundo a la tarea de controlar el cambio climático. El Plan de implementación del SMOC para 2022, recientemente publicado, destaca la importancia de evaluar periódicamente las brechas en el sistema de observación que sustenta las estimaciones del EEI y propone acciones para abordarlas.

El estudio multidisciplinario internacional se publica en Earth Systems Science Data, una destacada revista de acceso abierto de Copernicus Publications. Está dirigido por Karina von Schuckmann de Mercator Ocean International, que contribuye a los informes sobre el estado del clima mundial de la OMM.

Los investigadores (casi 70 de docenas de institutos en 15 países) acceden a datos cuidadosamente documentados, calibrados y verificados del océano, la tierra, el hielo y la atmósfera para concluir:

La Tierra ha acumulado casi 0,5 vatios (0,48 + 0,1) sobre cada metro cuadrado de la superficie terrestre durante los últimos 50 años (desde 1971);

Más recientemente (2006 a 2020), la calefacción aumentó a más de 0,75 vatios (0,76 + 0,2) por metro cuadrado;
La mayor parte del calor ingresó al océano (89%);
El calor global restante pasó a la tierra (6 %), el hielo (4 %) y la atmósfera (1 %);
La evaluación global de la energía ganada y desembolsada representa una métrica fundamental del cambio climático y sus implicaciones al calentar el océano, la tierra, la atmósfera y la criosfera; y
Los esfuerzos de evaluación como estos requieren una cooperación internacional sostenida en el seguimiento y la investigación.
«El inventario de calor de la Tierra en este estudio está respaldado por la colaboración multidisciplinaria mundial y demuestra la importancia crítica de los esfuerzos internacionales concertados para el monitoreo del cambio climático y las recomendaciones basadas en la comunidad, y también hacemos un llamado a las acciones que se necesitan con urgencia para permitir la continuidad, el archivo, el rescate y la calibración. esfuerzos para asegurar una capacidad de monitoreo mejorada y a largo plazo del sistema global de observación del clima”, escriben los autores.

El informe Estado del clima mundial 2022 de la OMM, que se publicará el 21 de abril, destacará los indicadores climáticos clave, como las temperaturas, el calor y la acidificación de los océanos, el aumento del nivel del mar y el hielo marino.

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