Cada vez hay más personas desplazadas en Somalia debido a la sequía.

© ACNUR/Samuel Otieno

Cada vez hay más personas desplazadas en Somalia debido a la sequía.

Facebook Twitter Imprimir Correo electrónico

Ayuda humanitaria

Tras cinco temporadas consecutivas de pocas lluvias, más de 43 millones de personas de Etiopía, Kenia y Somalia se enfrentan a una de las peores sequías de la historia reciente. A esto se suman años de conflicto e inseguridad, la inflación de los precios de los alimentos y ahora, el conflicto en Sudán. Para hacer frente a esta situación, la ONU y sus socios piden un apoyo sostenido a los planes humanitarios.

“Con una crisis amenazando a millones de personas en el Cuerno de África, la comunidad internacional no puede permitirse quedarse de brazos cruzados”, afirmó el Secretario General de las Naciones Unidas en un acto de promesas de contribuciones para recaudar 7000 millones de dólares para la región, celebrado este miércoles en la sede de la ONU en Nueva York.

Más de 43 millones de personas de Etiopía, Kenia y Somalia siguen sufriendo una de las peores sequías de la historia reciente, causada por cinco temporadas consecutivas de escasas lluvias. 

Años de conflicto e inseguridad han provocado desplazamientos masivos, mientras que la subida vertiginosa de los precios de los alimentos y, más recientemente, los combates en Sudán, han agravado la situación.

Llamamiento a la acción

El acto de compromiso fue convocado por la ONU e Italia, Qatar, Reino Unido y Estados Unidos, en colaboración con los tres países afectados.

Durante su discurso, António Guterres instó a actuar “para evitar que la crisis se convierta en catástrofe». «Actuemos juntos ahora, con mayor urgencia y mucho más apoyo», declaró.

Familias en busca de alimentos

Guterres explicó, además, que había visto de primera mano el devastador impacto de la sequía durante sus recientes visitas a Kenia y Somalia.

«En algunas zonas del norte de Kenia, los paisajes resecos y el ganado muerto han obligado a las familias a abandonar sus hogares en busca de agua, alimentos e ingresos«, dijo.

Durante su estancia en la ciudad somalí de Baidoa, se reunió con comunidades que han perdido sus medios de subsistencia a causa de la sequía y la inseguridad, mientras continúa la batalla contra los militantes de Al-Shabaab.

«Me conmovieron profundamente sus luchas. Y me inspiró su resistencia, valor y determinación para reconstruir sus vidas. Pero no pueden hacerlo solos», afirmó.

Intensificar el apoyo

El Secretario General aseguró que «la acción marcará la diferencia».  El año pasado, los donantes prestaron ayuda vital a 20 millones de personas y contribuyeron a evitar una hambruna.

En este sentido, Guterres pidió un mayor apoyo a los planes humanitarios para la región, que en la actualidad están financiados en menos de un 20%. “Esto es inaceptable”, dijo, y advirtió que, sin una inyección financiera inmediata, «las operaciones de emergencia se paralizarán y la gente morirá».

Aumentar la resistencia al cambio climático

Según la Organización Mundial de la Salud y el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), la sequía que asoló Somalia el año pasado se cobró 40.000 vidas, de las cuales la mitad eran niños menores de cinco años.

Aunque las lluvias recientes han supuesto cierto alivio, las comunidades vulnerables siguen enfrentándose a otro año de inmensas penurias. 

«Los habitantes del Cuerno de África están pagando un precio desorbitado por una crisis climática que no han provocado«, afirmó Guterres.

«Les debemos solidaridad. Les debemos ayuda. Y les debemos un poco de esperanza en el futuro.  Esto significa actuar de inmediato para garantizar su supervivencia. Y significa una acción sostenida para ayudar a las comunidades de todo el Cuerno de África a adaptarse y crear resiliencia al cambio climático».

news.un.org