El ‘timing’ del jugador no coincide con el del club azulgrana, que pedía más tiempo para articular un contrato

Lionel Messi, durante el calentamiento del último partido de la liga francesa con el PSG, el pasado sábado.
Lionel Messi, durante el calentamiento del último partido de la liga francesa con el PSG, el pasado sábado.ALAIN JOCARD (AFP)
Ramon Besa

RAMON BESA

Leo Messi tirará por el camino de en medio una vez que se convertirá en un agente libre después de que su contrato con el PSG acabe el 30 de junio: apostará por la opción familiar del Inter de Miami antes que por el dinero de Arabia Saudí o por el amor a los colores del Barcelona. Aunque el deseo del 10 era regresar al Barça, la crítica situación económica del club azulgrana impide articular un contrato respetuoso con las exigencias de la Liga, el mismo problema que ya provocó su salida en 2021.

El timing del jugador no coincidió con el de la entidad: Messi quería una respuesta inmediata y el Barcelona pedía tiempo para adecuar su masa salarial y cumplir el plan de viabilidad firmado con la Liga. Tanto el futbolista como la institución se dan prácticamente por vencidos después de que el jugador ya hubiera comunicado al Barcelona que no volvería a pesar del interés del presidente Joan Laporta y especialmente del entrenador Xavi Hernández.

En las últimas horas, el vestuario del Barcelona estaba agitado. “¿Qué pasa con Leo?”, preguntaba uno en la expedición del cuadro azulgrana en Japón, donde el equipo jugó un amistoso contra el Vissel Kobe de Iniesta (0-2). Había otros que estaban pendientes de Twitch. Había también los más clásicos si se quiere que seguían con ansia la información en Twitter. La expectación de los jugadores del Barcelona se derrumbó este miércoles por la tarde. Según confirmaron fuentes de la entidad azulgrana, Messi no regresará al Barça y seguramente seguirá a su carrera en Estados Unidos, información divulgada por el periodista Miguel Rico.

El capitán de Argentina, de esta manera, descartó la tentadora oferta de Arabia -400 millones por temporada- para aceptar la del Inter que incluye, según The Athletic, un porcentaje de los ingresos de la MLS pass, el paquete de trasmisión de los partidos por televisión -la liga americana firmó un contrato con Apple por 10 temporadas a cambio de 2.500 millones de dólares-, más participación en las ganancias de Adidas que patrocina tanto a la MLS como al argentino. Además, siempre según el portal americano, la posibilidad de comprar un equipo cuando se retire, como ya habían pactado con David Beckham en su momento. Se inicia, entonces, el sueño americano del argentino. Un sueño que se precipitó para Messi. Su deseo era continuar su carrera en Europa.

Antes del mundial de Qatar, el rosarino había llegado a un principio de acuerdo para extender su contrato con el PSG por una temporada más. Sin embargo, en febrero, tras la primera reunión entre Jorge Messi, agente y padre del jugador, y Luis Campos, director deportivo del cuadro parisino, todo se enfrió. El ejecutivo del equipo francés no supo responder a la pregunta del Messi: “¿Cuál es el proyecto deportivo?”. En ese momento, apareció el Barcelona y sobre todo Xavi. Laporta, por entonces, solo había hecho un pequeño acercamiento a Jorge: una reunión de media hora en un hotel en la que solo se habló, según ambas partes, de un posible homenaje. Y nada más. Messi se había esperanzado, según los que lo conocen, con su regreso a Barcelona. Resulta que en la entidad azulgrana el único ilusionado con el regreso del 10 era Laporta.

“Primero tenemos que inscribir a todos los jugadores que nos falta por inscribir”, razonaban, en su momento, en el área deportiva. Otras fuentes de la dirección deportiva, todavía más escépticas con la vuelta de Messi, sentenciaban: “¿Cómo se puede empezar a hablar de un fichaje como el de Leo, con todos los movimientos que implica, tanto de fair-play como de salida de jugadores en abril? Eso se debería haber comenzado a hacer mucho antes”. El tiempo pasaba y Messi seguía sin recibir una propuesta del club. Entonces, a mediados de mayo, el rosarino se comenzó a alejar emocionalmente del Barcelona. “Si no lo pudieron inscribir en 2021, cuando con LaLiga supuestamente no había problemas, ¿cómo lo van a hacer ahora que hay un contencioso abierto?”, se preguntaba un veterano del vestuario del Barcelona.

La presión mediática de Xavi, sumada a la inquietud del vestuario por la cantidad de salidas que se tenían que producir para abrirle la puerta, distanciaron a Messi del Barcelona. “Estamos esperando que Xavi hable con nosotros para ver si nos tenemos que buscar la vida. Pero no lo hizo”, asegura uno de los jugadores señalados a dejar el Barça en el próximo mercado. “Leo está anímicamente mal y cansado”, sentenció Jorge Messi, en su última aparición pública. El padre del jugador había intentado un último acercamiento con Laporta. No resultó. Según fuentes del Barcelona, el club le había presentado una oferta al jugador. Una máxima que no coincide con la versión del entorno del futbolista: “No era una propuesta formal”. La reunión entre el presidente y el agente del jugador apenas alcanzó la media hora. Ya no había vuelta atrás. El futuro de Messi se alejaba definitivamente del Camp Nou.

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