Se trata de un paso decisivo para el uso sostenible de los recursos hídricos transfronterizos a través de la cooperación con países vecinos. El país centroamericano es el primero de América Latina en unirse al instrumento internacional, cinco más están en proceso de adhesión.

Panamá ratificó este jueves su adhesión a la Convención sobre la Protección y Utilización de los Cursos de Agua Transfronterizos y de los Lagos Internacionales de las Naciones Unidas, la denominada Convención del Agua, lo que fomentará el uso sostenible de los recursos hídricos transfronterizos y la cooperación. Se trata del primer país de América Latina en hacerlo.

«Panamá está comprometida con el uso sostenible de los recursos naturales. La protección del medio ambiente es una prioridad para el país. Nuestra adhesión a la Convención del Agua es un compromiso crucial que reafirma nuestro liderazgo como país azul y verde a nivel mundial, proporcionando a la nación y a nuestro continente una herramienta adicional [para gestionar mejor el agua]», declaró la ministra de Relaciones Exteriores de Panamá, Janaina Tewaney Mencomo.

Por su parte, la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas (CEPE) dio la bienvenida a Panamá como el primer país de América Latina y el Caribe en adherirse al instrumento internacional. 

“La Convención ofrece un marco jurídico y una plataforma institucional para impulsar el tan necesario progreso de la cooperación en materia de aguas transfronterizas. Animo a otros países de la región a que se adhieran, y a los que ya están en proceso de adhesión, a que aceleren los esfuerzos para aprovechar los beneficios de este instrumento de probada eficacia para la cooperación”, declaró Olga Algayerova.

Posición estratégica

Panamá se encuentra entre Centroamérica y Sudamérica y a su vez está situada entre el Océano Pacífico y el Mar Caribe. Con unos cuatro millones de habitantes, el país posee una gran cantidad de recursos hídricos; tiene aproximadamente 33.000 m³ de agua dulce per cápita disponible, casi seis veces la media mundial. 

El país comparte cuencas fluviales con Costa Rica y Colombia, y la superficie total de las cuencas fluviales transfronterizas representa aproximadamente el 25% del territorio nacional. Los principales usos del agua son la industria, la agricultura, el transporte y la navegación, el abastecimiento de agua potable, la producción hidroeléctrica, la pesca, el turismo y los servicios medioambientales, por lo que la cooperación es clave para el desarrollo de las regiones fronterizas

La principal cuenca fluvial transfronteriza para Panamá es la del Sixaola, situada en la frontera con Costa Rica, que alberga una importante biodiversidad y actividades agrícolas, y tiene importancia cultural por la presencia de pueblos indígenas y poblaciones afrocaribeñas. 

Panamá y Costa Rica están trabajando conjuntamente para coordinar el desarrollo de la cuenca del río Sixaola a través de una Comisión Binacional. En este contexto, esperan que la aplicación de la Convención del Agua ayude a establecer sistemas de seguimiento e intercambio de datos sobre la calidad, cantidad y uso del agua, que a su vez ayuden a identificar tendencias y problemas potenciales y a tomar decisiones.  

La Convención impulsaría la cooperación entre Panamá y Colombia, mejoraría la gobernanza del agua y fomentaría la confianza entre ambas naciones, al establecer derechos claros.

51 partes

153 países de todo el mundo comparten ríos, lagos y recursos de aguas subterráneas. Abierta a la adhesión de todos los Estados miembros de la ONU desde el 1 de marzo de 2016, la Convención cuenta ahora con 51 partes. 

En la actualidad, hay varios países de América Latina y el Caribe en proceso de adhesión, entre ellos la República Dominicana, El Salvador, Costa Rica, Paraguay y Uruguay. 

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