Brasil y Argentina quedaron eliminadas en la fase de grupos y Marta tuvo que retirarse prematuramente. Las Cafeteras alcanzaron los cuartos de final, una instancia a la que nunca habían llegado.

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¿Qué le hizo la Copa Mundial Femenina de la FIFA de Australia y Nueva Zelanda al fútbol de mujeres? Lo obvio, lo que salta a la vista, es empezar por el final: le otorgó un título a España, un país que jamás lo había conquistado, y que con esa victoria consolida un proyecto potente. La Roja es, en este preciso instante, la selección que ostenta tres campeonatos en simultáneo: el sub-17, el sub-20 y el de la Mayor.

Otros efectos bien visibles de este certamen: Marta, la máxima referente histórica del fútbol femenino a nivel global, se retiró sin haber ganado jamás una Copa Mundial. Brasil ni siquiera logró pasar más allá de la fase de grupos. Megan Rapinoe, otra de las mayores figuras a nivel mundial, también se fue del certamen antes de lo esperado: Estados Unidos, su selección, quedó eliminada ante Suecia en los octavos de final y por penales. Justamente Rapinoe, que había anunciado que esta sería su última Copa Mundial, erró su tiro desde los 12 pasos.

Más allá de lo que este certamen haya hecho con las grandes estrellas, tal vez este campeonato haya reconfigurado el escenario del fútbol femenino en Sudamérica. Ningún país de la región llegó tan lejos como Colombia en la Copa Mundial 2023. Las Cafeteras alcanzaron los cuartos de final, una instancia a la que no habían accedido en sus anteriores participaciones en este torneo. 

Cayeron 2 a 1 ante Inglaterra en esa instancia, en un partido que habían empezado ganando y en el que nunca dejaron de intentar atacar el arco rival, volver a empatar y hasta llevarse los tres puntos y la clasificación a semifinales. Nadie duda de que esta Selección Colombia hizo historia, por la instancia de la Copa Mundial a la que logró acceder pero, sobre todo, por el carácter que mostró dentro del campo de juego.

Ese carácter llegó de la mano de jugadoras históricas como Catalina Usme, Leicy Santos y Diana Ospina, pero también de la camada de futbolistas más jóvenes, con la descollante Linda Caicedo a la cabeza de la renovación generacional de Las Cafeteras.

Cada una de las tres veces que Colombia participó de una Copa Mundial Femenina rompió su propia marca previa y alcanzó una instancia a la que no había llegado en competencias anteriores. Ese dato alcanza para ilustrar no sólo cuánto crece el fútbol de mujeres en Colombia, sino cuánto empuje tienen esas jugadoras cada vez que tienen la oportunidad de lucirse en el certamen más importante de todos.

En esta Copa, cuando Las Cafeteras quedaron eliminadas, la propia Federación Colombiana de Fútbol, a través de Twitter, celebró a sus jugadoras por dejar el corazón en la cancha. Es que llegaron hasta donde llegaron a fuerza de juego pero también de una insistencia conmovedora y, por momentos, apabullante para sus rivales.

Colombia lo hizo (mucho) mejor que Brasil y que Argentina, los otros dos equipos sudamericanos que participaron del certamen que se disputó en Australia y Nueva Zelanda. Sólo Las Cafeteras consiguieron superar la fase de grupos de la Copa.

La verdeamarela, contra todos los pronósticos, volvió a Brasil tras los primeros tres partidos. No mostró el carácter que sí había ostentado en otras ediciones de este mismo torneo: incluso llegó a ser finalista alguna vez. 2023 no fue su año y eso desencadenó el retiro prematuro de Marta que, por una lesión, no llegó a esta Copa en las mejores condiciones para ser titular.

La gran potencia sudamericana no cumplió con las expectativas que su tradición futbolística, tanto de varones como de mujeres, suele despertar en cada Copa Mundial. Tampoco cumplió su gran objetivo la selección argentina, que soñaba con su primera victoria mundialista y, de máxima, una primera clasificación a octavos de final. Hasta ahora la albiceleste no consiguió ninguna de las dos cosas y con esos propósitos llegó a Australia y Nueva Zelanda.

Argentina llegaba a su cuarta Copa Mundial con dos revoluciones bajo el brazo: por primera vez el equipo no era dirigido por Carlos Borrello sino por Germán Portanova, y se trataba de un plantel más impactado por la profesionalización del fútbol femenino en la Argentina respecto de selecciones anteriores.

Ninguno de esos cambios resultaron suficientes para lograr los primeros tres puntos en una Copa Mundial, que cuando lleguen serán históricos. Hasta ahora, los mejores resultados de la albiceleste en Copas Mundiales han sido empates. En algunos casos, empates teñidos de épica porque parecían derrotas irreversibles: el 3 a 3 ante Escocia en el certamen que se disputó en Francia en 2019 es el ejemplo máximo de esas remontadas.

Pero 2023 también tuvo lo suyo: en el segundo partido por la fase de grupos la albiceleste perdía 2 a 0 ante Sudáfrica y puso el partido 2 a 2. El cambio de suerte las ilusionó e incluso llegaron a pensar que podían ganar, pero fue un punto para cada selección.

Apenas unos días después Argentina enfrentó a Suecia, un durísimo rival, ahora mismo nada menos que 1º en el ranking FIFA, y perdió 2 a 0. Fue el pasaje de vuelta a Buenos Aires y la desilusión de no haber logrado ninguno de los propósitos pensados para esta Copa Mundial.

En las estadísticas, y por sus largos años de grandes cosechas futbolísticas, Brasil es por ahora el mejor equipo sudamericano de fútbol femenino: ocupa el 9º puesto en el ranking FIFA. Colombia se ubica en el puesto 22º y Argentina, en el 31º.

¿Pero qué pasará con el fútbol en Sudamérica si Colombia persiste en esta tendencia a ir cada vez más lejos? Todo está por verse. Para la próxima Copa Mundial faltan cuatro años y, antes de eso, habrá campeonatos regionales como la Copa América y también Juegos Olímpicos.

Brasil tiene por delante el gran desafío de reorganizar a su selección tras la salida de la jugadora astro alrededor de la que se organizó el juego durante los últimos veinte años. Nada menos. Argentina sigue enfocada en lograr resultados inéditos para su historia y también deberá protagonizar una renovación: Estefanía Banini, su jugadora más desequilibrante, había anunciado que la de Australia y Nueva Zelanda sería su última Copa Mundial.

Colombia también enfrenta el desafío del recambio entre las históricas y las más jóvenes. Pero Caicedo, tal vez su máxima estrella en este certamen, tiene apenas 18 años. No está entre quienes ya piensan en el retiro, sino entre quienes todavía tienen mucho potencial futbolístico por explotar. Y eso puede ser una enorme ventaja para Las Cafeteras, que ahora mismo son la selección sudamericana que atrajo la mirada del mundo, y que sueñan con seguir creciendo.

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