Los árboles producen oxígeno mediante el proceso de fotosíntesis, pero hay más
Los árboles son el pulmón del mundo, simbolizan la conexión con el entorno, algunos dirían ya sea en el plano físico o espiritual. Pero, son más que eso. Los árboles absorben el aire.
No importa la temporada, no importa la zona, el color, la textura o el tronco, su importancia para la. humanidad significa aire para nuestros pulmones.
Si seguimos utilizando esta metáfora, los árboles también son como la piel del mundo. Son el punto de contacto entre la vegetación y la atmósfera ya que gracias a ellos se produce el intercambio de gases y agua. Además, los árboles son como los intestinos del mundo, que intercambian nutrientes entre el suelo y la vegetación, y aquí te explicamos por qué.
¿Cómo los árboles producen oxígeno?
En el cuerpo humano, los pulmones eliminan el dióxido de carbono absorbido en un proceso llamado intercambio de gases. En el caso de las plantas, ellas también se encargan de absorber CO₂. De hecho, el dióxido de carbono cumple una función esencial en el proceso de la fotosíntesis, por el que las plantas absorben CO₂ y desprenden O₂.
La fotosíntesis les permite crecer y almacenar energía. La absorción de CO₂ les permite crecer y a nosotros nos permite vivir. Esta capacidad depurativa confiere a los árboles el título de pulmones del mundo, pero ¿qué más hacen los árboles para los humanos?
1. Mantienen el aire limpio
Además de producir oxígeno, los árboles también desempeñan un papel en la reducción de la contaminación del aire, especialmente en las grandes ciudades. Según el Servicio Forestal de Estados Unidos, cada año, los árboles pueden eliminar hasta 2.000 toneladas de contaminación del aire en Los Ángeles, 18.000 toneladas en Chicago y 26.000 toneladas en el área metropolitana de Kansas City.
2. Mejoran la salud mental
Aunque parezca obvio, el poder restaurador de los árboles se está estudiando científicamente desde hace poco. Investigaciones recientes confirman que jugando al aire libre se aumenta la salud y la capacidad de atención y que la gente que puede ver un árbol desde su lugar de trabajo demuestra una productividad más alta que aquellos que no pueden.
De hecho, los investigadores encontraron que niveles más altos de espacios verdes y exposición a árboles conducen a menos síntomas de depresión, ansiedad y estrés.
3. Limpian el agua potable
Una cuenca boscosa es el método natural de purificación del agua. Pueden proteger una fuente de agua regulando los caudales, reduciendo los daños por inundaciones y la escorrentía y reponiendo continuamente las aguas subterráneas. Esto no sólo ayuda a mantener el agua limpia, sino que también mejora la resiliencia del ecosistema.
De hecho, en lugares donde las redes de raíces de los árboles se unen al suelo y generan un dosel de hojas, el agua de lluvia se filtra a través del suelo en acuíferos subterráneos y alimenta corrientes y ríos.
4. Mantienen la frescura
Los árboles pueden reducir significativamente la temperatura de la superficie al proporcionar sombra. Según la EPA de Estados Unidos, las superficies con sombra pueden estar entre 20 y 45 grados más frías que las superficies sin sombra.
5. Luchan contra el cambio climático
Los primeros bosques de la Tierra extrajeron enormes cantidades de carbono del aire. Durante siglos, gran parte de ese carbono se transformó en combustibles fósiles. Al quemar cantidades masivas de carbón y petróleo, ahora estamos retrocediendo rápidamente ese proceso, devolviendo el carbono a la atmósfera como dióxido de carbono.
Debido al exceso de CO2, la atmósfera atrapa una cantidad creciente del calor del sol, provocando que la temperatura del planeta se eleve. El calentamiento de la Tierra está alterando las estaciones de crecimiento, contribuyendo a sequías e inundaciones, alterando los ríos, causando que los glaciares se derritan y el nivel del mar aumente, así como la gravedad de huracanes y otros desastres naturales.
Los árboles y los bosques de hoy desempeñan un papel vital en la regulación el clima, ya que absorben dióxido de carbono. Los científicos estiman que los bosques, incluidos los árboles vivos, la madera muerta, la basura y el suelo, contienen aproximadamente un 50 por ciento más de carbono que la atmósfera.
Cuando se destruyen los bosques, se libera su carbono. De hecho, la deforestación representa más del 20 por ciento del dióxido de carbono que los humanos generan, rivalizando con las emisiones de autos, camiones y aviones.
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