Secuelas del tsunami del océano Índico en Sri Lanka

Vista de la devastación causada por el tsunami del Océano Índico en Moratuwa, ciudad costera del suroeste de Sri Lanka.

FOTO:ONU/Evan Schneider

Combatir la desigualdad para un futuro resiliente

Los tsunamis suponen una gran amenaza para todas las personas, pero son especialmente peligrosos para determinados grupos, como las mujeres, los niños y ni;as, las personas con discapacidad y las personas mayores. El principal objetivo del Día Mundial de Concienciación sobre los Tsunamis de este año es concienciar sobre la reducción de los riesgos creados por estas olas gigantes y mejorar la preparación de las comunidades.

Aunque los tsunamis son poco frecuentes, pueden tener consecuencias devastadoras. En el último siglo solo se han producido 58 tsunamis, pero se han cobrado más de 260.000 vidas. Por término medio, cada catástrofe ha causado la muerte de 4600 personas, más que cualquier otro desastre natural (Naciones Unidas, 2022).

El tema del Día Mundial de Concienciación sobre los Tsunamis de este 2023 es «Combatir la desigualdad para un futuro resiliente», similar al del Día Internacional para la Reducción de los Desastres. La celebración anima a todos los sectores de la sociedad a comprometerse y colaborar en la reducción del riesgo de desastres.

Las actividades conmemorativas buscan explorar la relación entre los tsunamis y la desigualdad. En concreto, se centran en cómo la desigualdad puede hacer que los tsunamis sean más peligrosos para determinadas poblaciones y cómo las secuelas de un tsunami pueden sumir aún más en la pobreza a las personas vulnerables, agravando así la desigualdad.

¡A las zonas altas!

En 2022, la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR) lanzó la campaña #ALasZonasAltas para promover la concienciación sobre la reducción del riesgo de tsunamis. La campaña anima a los ciudadanos a participar en simulacros, carreras o caminatas a lo largo de las rutas de evacuación de tsunamis, lo que ayuda a las comunidades a prepararse para los desastres naturales y a aumentar su resiliencia. Estos eventos son inclusivos y atractivos, e implican a todas las personas en la concienciación sobre la reducción del riesgo de tsunamis.

Los tsunamis pueden ser mortales, pero no tienen por qué serlo. La alerta y la acción temprana son herramientas eficaces para proteger a las personas, salvar vidas y evitar que la amenaza se convierta en un desastre. Para ser eficaces, los sistemas de alerta temprana de tsunamis deben abarcar a todas las personas en riesgo, deben ser multiamenaza y las comunidades deben estar preparadas para poder actuar con rapidez.

Antecedentes

En diciembre de 2015, la Asamblea General de la ONU estableció el 5 de noviembre como el Día Mundial de Concienciación sobre los Tsunamis.

La creación del Día Mundial es una idea original de Japón, que, desafortunadamente, se ha visto expuesto a estos desastres en repetidas ocasiones a lo largo de los años. Este país tiene una gran experiencia en áreas tales como la alerta temprana de tsunamis, la acción pública y la reconstrucción posterior a los desastres para conseguir reducir los impactos futuros. La Oficina de la ONU para la Reducción del Riesgo de Desastres se encarga de promer la celebración del Día, en colaboración con las organizaciones relevantes del sistema de las Naciones Unidas.

¿Qué es un tsunami?

La palabra «tsunami» (o tsunami) está formada por las palabras japonesas «tsu» (puerto) y «nami» (ola). Un tsunami es una serie de olas gigantescas que se producen por una perturbación bajo el agua, por lo general, asociada con los terremotos que ocurren en el fondo del océano o cerca de él.

Las erupciones volcánicas, los deslizamientos de tierras submarinas y las desprendimientos de rocas costeras también pueden generar un tsunami, al igual que el impacto de un gran meteorito en el océano. Los tsunamis se originan a partir de un movimiento vertical del fondo marino, con el consiguiente desplazamiento de la masa de agua.

Las olas del tsunami frecuentemente parecen paredes de agua y pueden llegar a la costa y ser peligrosas durante horas. El tiempo que transcurre entre una ola y otra puede ir de cinco minutos a una hora. Por lo general, la primera ola no es la más grande; a menudo, es la segunda ola, la tercera o incluso la cuarta. Tras las inundaciones de una ola, o las inundaciones tierra adentro, el mar retrocede dejando expuestas grandes extensiones del fondo marino. Una nueva ola se precipita entonces a tierra en cuestión de minutos y acarreando con ella los numerosos pedazos y los daños provocados por los flujos precedentes.

¿Cuáles son los efectos de los tsunamis?

Terremotos

Un terremoto es un acomodamiento de la tierra que es percibido con sacudidas y temblores. Su origen se debe principalmente al choque de placas tectónicas. La mayoría de los terremotos fuertes se producen en zonas de subducción, donde una placa oceánica se sumerge bajo una placa de carácter continental u otra placa oceánica más joven.

No todos los terremotos causan tsunamis. Hay cuatro condiciones necesarias para que un terremoto cause un tsunami:

  1. El epicentro del terremoto se sitúa bajo el océano o cerca de las costas.
  2. Tiene una gran magnitud, al menos es de una magnitud de 6,5 en la escala de Richter.
  3. Hay un quebratamiento de la superficie de la Tierra y ocurre a poca profundidad, menos de 70 km por debajo de la superficie de la Tierra.
  4. El terremoto produce un movimiento vertical del fondo del mar, que puede alcanzar hasta varios metros de altura.

Derrumbes

Un derrumbe que se produzca cerca de las costas pueden generar olas que pueden alcanzar una amplitud importante debido al volumen de metros cúbicos de terreno hundidos. puede causar el movimiento de grandes cantidades de agua en el mar, causar pertubaciones en el agua y generar un tsunami. Los deslizamientos de tierra submarinos también pueden dar lugar a tsunamis cuando el material que se desprende se mueve de manera violenta, empujando el agua.que puede alcanzar una amplitud importante debido al volumen de metros cúbicos de terreno hundidos.

Erupción volcánica

Aunque son relativamente poco frecuentes, las erupciones volcánicas también pueden provocar tsunamis. Pueden ocasionar el desplazamiento de un gran volumen de agua y la generación de olas de tsunami extremadamente destructivas.

Uno de los tsunamis más grandes y destructivos jamás registrados ocurrió el 26 de agosto de 1883, después de la erupción del volcán Krakatoa (Krakatau), en Indonesia. Esta explosión generó olas que llegaron a los 41 metros destruyeron ciudades y pueblos de la costa a lo largo del Estrecho de la Sonda, en las islas de Java y Sumatra, matando a 36.417 personas.

Colisión extraterrestre

Los tsunamis causados por una colisión extraterrestre (es decir, asteroides, meteoritos) son extremadamente raros. Aunque no se han registrado tsunamis causados por meteoros o asteroides en la historia reciente, si estos cuerpos celestes cayeran en el océano, un gran volumen de agua, sin duda, se desplazaría para causar un tsunami.

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