Las ciudades se vuelven cada vez más una especie de fuerte encubierto por selvas de concreto. Edificios cada vez más altos, cientos de luces cegadoras y un concierto de disonancias son las barreras modernas que impiden a muchos de nosotros entablar un diálogo activo con la naturaleza.

Cada vez somos menos los que disfrutamos de los entornos naturales. Ya sea porque no se encuentran fácilmente a nuestro alcance, o simplemente porque la vida moderna ha optado por enseñarnos que no necesitamos de estos espacios orgánicos si podemos admirarlos en internet; el mundo, hoy en día, ha olvidado los valiosos aportes que nos brinda la naturaleza. Desde encontrar la serenidad que necesita un ser humano para vivir feliz, y mantener la salud física o mental, hasta el acto de reflexionar diariamente lo que ha pasado en nuestro día –en nuestras vidas–, recordar lo que es el tiempo o la posibilidad de mirar la importancia en los mínimos detalles, son solo algunos ejemplos de los profundos beneficios de conectarnos con la naturaleza.

Se sabe que poco más del 54 % de la población mundial hoy vive en las ciudades (y se cree que la cifra aumentará drásticamente en los próximos años). Conociendo este dato podemos advertir que, básicamente somos más los que nos arrojamos día a día al inadvertido paisaje urbano y a sus perjuicios. Esto, entre otras cosas, puede alimentar estados de ánimo que son muy propios a las grandes metrópolis, tales como el estrés, la ansiedad y la depresión, pues se ha comprobado que vivir en las ciudades provoca trastornos relacionados a la falta de tranquilidad y aire fresco, mientras que el contacto con la naturaleza ha probado contrarrestarlos.

Breve guía para reconectar con la naturaleza (sin importar que vivas en una ciudad)

La Universidad de Harvard publicó recientemente un estudio en el cual se demostró que 100 mil mujeres que vivían en áreas urbanas tenían una tasa de mortalidad diez por ciento más alta, en comparación con aquellas que vivían cerca de áreas naturales, y que la salud mental de éstas últimas era mejor, pues padecían de 30 por ciento menos depresión.

A partir de estudios así, se demuestra que tenemos una relación orgánica con la naturaleza que de verse interrumpida, podría ocasionarnos severos daños anímicos y mentales. Hoy en día, existen varios métodos peculiares de curación cognitiva orgánica relacionados a la ecoterapia, que consisten en distintos tratamientos donde el paciente entra en contacto con el pasto, la tierra, los árboles y la fauna, ya sea en la ciudad o en áreas naturales como campos, montañas y lagos.

Pero, si se piensa bien y se mira el paisaje verde que tengamos a nuestro alcance, podemos pensar en numerosas formas de llevar a cabo ecoterapias personales, sin tener que pagar por ello. Con este texto queremos invitarte a hackear tu vida diaria y repensar el hecho de que el mundo necesita más seres humanos que se den cuenta de su indeleble y genuina conexión con la naturaleza. De entrada, para ser enteramente felices y estar conforme con ello. Los siguientes consejos prácticos te ayudarán a darte una mejor idea de cómo puedes hacerlo:

Habitúate a mirar el cielo, tanto de día como de noche

Breve guía para reconectar con la naturaleza (sin importar que vivas en una ciudad)

Desde una azotea, un balcón o una ventana, o si vas por las calles, siempre puedes alzar la vista y ver el cielo. Incluso puedes encontrar un pequeño espacio predilecto para llevar a cabo esta actividad, lo importante es saber que se trata del mismo cielo para todos, sin muros mentales, y siempre estará ahí para mostrarnos lo que queramos ver.

Apréndete el nombre de árboles, aves y estrellas que forman parte de tu entorno

Breve guía para reconectar con la naturaleza (sin importar que vivas en una ciudad)

Seguramente hay más que palomas en tu ciudad, y los árboles, aunque no lo creas, poseen bellos nombres fáciles de aprender, a demás de su clasificación científica. Aprenderte sus nombres y características te ayudará a relacionarte de manera más orgánica con la naturaleza. Así mismo, las estrellas forman constelaciones que puedes aprender, ya sea observándolas con un telescopio e investigando al respecto. Esto es una actividad que, además de aportarte conocimientos, te hará más observador con los detalles, y sobre todo te regalará la deleitosa enseñanza de aprender a ocupar bien nuestro tiempo muerto. 

Cuida de una o varias plantas durante todo su proceso

Breve guía para reconectar con la naturaleza (sin importar que vivas en una ciudad)

No hay nada más bello que plantar una semilla y ver cómo poco a poco brota algo desconocido, que pronto será una planta, una flor o un árbol. No te dejes llevar por los mitos que rodean el cuidado de plantas en interiores, pues es más fácil de lo que crees y sin duda te ayudará a generar sentimientos por las plantas y apreciarlas a todas, como los seres vivos que son. Puedes también ponerle nombres, platicarles y observar cómo la música las embellece. También puedes tener huertos urbanos en los cuales, además, podrás cultivar todo tipo de plantas cuyos frutos sean útiles para tu cocina. Esta práctica sin duda sensibilizará tus sentidos.

Haz ejercicio en el parque

Breve guía para reconectar con la naturaleza (sin importar que vivas en una ciudad)

Si tienes un parque cerca, o mejor aún, un vivero, te recomendamos realizar ahí algunas de tus sesiones de ejercicio. Verás que además se vuelve mucho más fácil correr esos kilómetros cuando a tu alrededor impera el verde, y los árboles te brindarán un ambiente mucho más puro y fresco.

Cuida un animal

Breve guía para reconectar con la naturaleza (sin importar que vivas en una ciudad)

Las ecoterapias suelen incluir viajes a cuidar de animales de granja y otros por el estilo. Pero en casa puedes tener perros, gatos o incluso un bello acuario que pueda brindarte momentos hipnóticos con la belleza que caracteriza a los peces. Cuidarlos te dará momentos de paz y te hará más responsable con la naturaleza y su fauna.

Cuida un área verde junto con tus vecinos

Breve guía para reconectar con la naturaleza (sin importar que vivas en una ciudad)

Además de cuidar plantas en casa, puedes hacerte cargo de un área verde más grande en comunidad, lo cual además anima un espíritu de trabajo en equipo y te llevará a conocer a aquellos con quienes compartes un espacio vital (que a la par son, al igual que tú, seres parte de la naturaleza). Puedes plantar árboles, o dedicar un espacio a algunas flores que embellecerán el lugar y requerirán de tus mejores dotes de jardinería.

ecoosfera.com