Cuando los niveles de contaminación son alarmantes pareciera que la mejor alternativa para la salud es simplemente exponerse lo menos a los exteriores. Y lo más lógico sería evitar los trayectos en la ciudad al aire libre como caminar o ir en bicicleta; respecto a ello ¿Qué dicen los expertos?

El investigador Marko Tainio de la Universidad de Cambridge en mancuerna con investigadores del Medical Research Council y la Universidad Anglia Oriental buscaron responder precisamente a esta pregunta y lo que encontraron es reconfortante.

Hicieron primero un análisis de la cantidad de contaminantes que enfrentan las personas en distintas ciudades del mundo al atravesar su ciudad a la intemperie. Encontraron que aunque vivir con contingencias ambientales es naturalmente fatal, los efectos físicos de caminar y de andar en bicicleta son mayores que el riesgo que implica el realizar estas actividades en circunstancias contaminadas.

Por ejemplo, los riesgos contraproducentes para una persona que realiza estas actividades llegarían cuando el ambiente se encontrara tan contaminado como 100 µg/m3 y luego de que hubiese montado su bicicleta sin parar durante hora y media, o bien, luego de 10 horas consecutivas de caminata. Lo anterior es prácticamente imposible, en el mundo el promedio en las grandes ciudades es de  (22 µg/m3).

Nuestro modelo indica que en Londres los beneficios de un trayecto al aire libre sobrepasan los malos efectos de la contaminación. Incluso en Nueva Delhi, una de las ciudades más contaminadas del mundo, con niveles diez veces más altos que en Londres, las personas habrían de andar en bici hasta 5 horas por semana para que los riesgos de la contaminación sobrepasen los beneficios.

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