Quique Sánchez Flores ha necesitado apenas un entrenamiento y dos charlas para cambiarle la cara al Sevilla de forma radical. En su estreno como sustituto del destituido Diego Alonso, que no logró ganar ni un solo partido al frente del equipo, se vio un Sevilla distinto pese a las bajas, más serio, mejor colocado y mucho más agresivo
Pasó por encima de un Granada muy desdibujado desde el inicio y anotó dos goles en la primera mitad que pudieron ser tres, puesto que Pedrosa estrelló un balón en el larguero cuando ya habían marcado para los nervionenses el propio lateral catalán y Ocampos. Y ya en la segunda mitad, Sergio Ramos redondeó la fría noche para los sevillistas con un testarazo en una falta.
Con muchas bajas todavía, hasta 12 del primer equipo, y una convocatoria plagada de canteranos, el Sevilla fue otro de la mano de Quique Flores, el tercer entrenador ya de la presente temporada en Nervión. Sólo tuvo un rato el lunes para entrenar con sus nuevos futbolistas, que parece que no han necesitado más para que el mensaje del madrileño haya calado.
El nuevo Sevilla, que no ganaba desde septiembre, mantuvo el esquema que en los últimos partidos había utilizado Diego Alonso, con tres centrales y dos carrileros, pero alineó a dos delanteros claros, Ocampos y En-Nesyri que marcaban un claro paso adelante y la intención clara de robar arriba.Lee también
Así, algo más de 20 minutos tardó el Sevilla en adelantarse, en un robo de Suso y un disparo de Pedrosa que se envenenó al dar en Ricard. Por fin una alegría en la afición hispalense y los 700 que se desplazaron a Granada. A los diez minutos, segunda alegría, otro robo en un error de la zaga nazarí y zapatazo a la escuadra de Ocampos. El equipo local estaba KO, pues ni siquiera había llegado a la meta de Dmitrovic. Boyé lo intentó, pero se topó con el meta serbio y antes del descanso, Pedrosa pudo dar la puntilla con un balón en la cruceta.
Tras el descanso, el Sevilla tenían claro que no iba a bajar el pistón y poco tardó en dar la puntilla. Lo hizo Sergio Ramos con un cabezazo en una falta lateral botada por Suso. Con 0-3 y ante un Granada incapaz de reaccionar, el Sevilla supo controlar la situación como ésta requería. Puertas tuvo la mejor para hacer el de honor pero se topó con Dmitrovic. Pero ya estaba todo hecho. Apenas 24 horas ha tardado Quique en poner cordura en el Sevilla. Tampoco era muy difícil.
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