ese al empecinamiento de los humanos por destruir lo más preciado de la Tierra, la naturaleza parece no rendirse y nos da una lección de resiliencia. La deforestación es uno de los mayores problemas a los que se enfrentan los bosques. Esta práctica está arrasando con los ecosistemas y peligran a su vez especies de animales y plantas. Pero pese al incesante avance de la tala indiscriminada y la deforestación, el Bosque Atlántico de Brasil sobrevive poco a poco.
Se extiende a lo largo de la costa oriental de Brasil y se infiltra en los terrenos de Argentina y Paraguay. Atraviesa ciudades importantes como Río de Janeiro y Sao Paulo, y en conjunto con el Amazonas, es de vital importancia para regular el clima y secuestrar cantidades importantes de bióxido de carbono de la atmósfera.
Pese a que está constantemente amenazado, es el hogar de alrededor de 450 especies de árboles y el 7% de las especies de plantas y el 5% de los animales vertebrados de todo el mundo pueden encontrarse ahí. Especies como el jaguar, el tucán, el perezoso y el primate tamarino habitan en sus regiones y dependen de la supervivencia del bosque.
El bosque se resiste a morir y su resiliencia ha sorprendido a los investigadores que desde 1990 han descubierto en el Bosque Atlántico brasileño treinta especies de mamíferos, nueve especies de aves y 100 especies de ranas.
Lamentablemente la deforestación y la explotación de recursos naturales de manera no sustentable lo han ido segregando cada vez más. Actualmente sólo sobrevive el 12.4 % de su extensión original que comprendía 1.3 millones de kilómetros cuadrados. El bioma restante se dispersa en pequeños fragmentos sin conexión unos con los otros.
Urgente salvar al bosque que se resiste a morir
Sorprendentemente y a pesar de la drástica pérdida del hábitat, la diversidad de especies de plantas y animales, persiste en pequeños pero valiosos refugios. De mantenerse el incremento de la deforestación, probablemente el bosque termine por ser destruido, por ello es menester primario voltear la atención hacia la región que lucha por sobrevivir.
Nuevas investigaciones indican que perdió 130 kilómetros cuadrados de vegetación en el periodo 2019-2020, un área 9% menor a la registrada en 2018-2019. No obstante, y pese a que el ritmo de la deforestación bajó, tuvo un incremento del 14% frente al periodo registrado entre 2017-2018.
“Incluso si tenemos una disminución del 9 % en la deforestación en comparación con 2018-2019, en ese período hubo un aumento del 30 %, por lo que no podemos hablar de una tendencia a la baja”, explicó Luis Fernando Guedes Pinto, director de Conocimiento de la Fundación SOS Mata Atlántica.
Los 17 estados de Brasil presentaron un alza en la deforestación del Bosque Atlántico. Las cifras más alarmantes se le adjudican a Sao Paulo, donde la devastación creció un 13.7% respecto del periodo anterior. La preocupación mayor es que en el periodo 2018-2019, la deforestación se redujo considerablemente y la recuperación de la región se veía más viable. Pero ahora la devastación ha vuelto a arrojar cifras alarmantes.
Anualmente el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales y SOS Mata Atlántica, realizan los cálculos pertinentes para monitorear el estado de la región del Bosque Atlántico mediante imágenes satelitales.
ecoosfera.com