Tras el 0-2 de la jornada inicial, los colombianos remontaron y Soriano sentenció el 3-2 contra los europeos.
Bogotá, Colombia.- La bola pica apenas fuera del fleje, el banco colombiano salta a abrazar a Adriá Soriano y desde la cabina de transmisión de televisión también baja corriendo Robert Farah para que todo el equipo Colombia se funda en un gran abrazo para culminar una remontada histórica en los play-offs del Grupo Mundial I de la Copa Davis ante Luxemburgo tras perder 2-0 y acabar ganando 3-2 en un sábado lleno de emociones en el Club Bellavista en las afueras de Bogotá.
Son más de las seis de la tarde bajo un cielo plomizo y Soriano, el debutante hijo de catalán y madre de Bucaramanga, le gana 6-3, 7-6(5) a Chris Rodesch y desata la locura en las gradas, donde su padre Anselmo y su entrenador felicitan al héroe inesperado de la remontada, en la que también fueron clave Nicolás Mejía en el cuarto punto y la pareja Nicolás Barrientos y Cristian Rodríguez en el dobles. Juntos, bajo la capitanía sabia de Alejandro Falla (y el apoyo ‘extraoficial’ de Farah y Santiago Giraldo) lograron la segunda remontada tras un 0-2 en la historia para Colombia (en 1969, ante Venezuela, el antecedente).
Pese a ser local y jugar sobre 2,600 metros de altura, la remontada era muy difícil. Pero esa vieja premisa de que ‘en la Copa Davis todo puede pasar’ estaba en el aire. Y a esa ilusión se aferraron desde el capitán hasta el último de los jugadores. Hasta el propio Alejandro Falla se permitió bromear en los festejos en la cancha: “Los colombianos sufrimos, pero no nos rendimos nunca”, dijo el capitán luego de una vuelta olímpica agradeciendo a la hinchada colombiana, que hoy animó más que nunca al equipo colombiano que todavía continúa soñando con la posibilidad de volver a los Qualifiers 2025.
Impensado, sufrido y celebrado al extremo, el triunfo colombiano le permite a los sudamericanos agendarse para septiembre, en el que una eliminatoria por el Grupo Mundial I otorgará plazas para los Qualifiers del año próximo.
Un dobles contundente, un Mejía renovado y un Soriano exultante
La remontada colombiana comenzó temprano con el partido de dobles. Con la presión de tener que ganar sí o sí, Barrientos y Rodríguez jugaron con mucha soltura como si no fuera su primera vez como dupla en la Davis (hoy reemplazaron a la pareja histórica de Cabal/Farah). Se alimentaron del calor del público, que hoy sí llenó las gradas del club campestre en las afueras de Bogotá, y jugaron un set y medio perfecto; cedieron el saque y perdieron el segundo, pero se recuperaron en gran forma para cerrar el partido 6-3, 6-7(1), 6-1 y alargar la ilusión de Colombia en la serie.
“Nos dijimos que era un partido para disfrutar y darlo todo”, dijo Rodríguez tras la victoria. “Hoy sentí muy fuerte a nuestro público apoyándonos, y eso es muy gratificante”, dijo a su lado Barrientos, de indisimulable sonrisa.
Esa energía positiva y el sol impiadoso que envolvía las gradas del Club Bellavista son las que necesitaba Mejía luego de una mala performance el viernes en su primer partido. El número uno colombiano salió con toda y, a puro quiebre (tres en total), se llevó el partido 6-2, 6-3 ante un Knaff más errático y, quizás, más cansado luego de jugar el singles y el dobles previamente. Mejía fue completamente otro jugador al del primer día y no solo se desquitó de su caída 24 horas antes, sino que empató la serie 2-2 y dejó a Colombia a un paso de la remontada histórica.
Visiblemente emocionado, Mejía habló con daviscup.com tras el triunfo: “Lo de ayer me dio muy duro, me quedé hasta muy tarde analizando mi caída, pero pude darle vuelta a unas emociones muy complicadas, creí en mi juego ofensivo y en la devolución también estuve mucho mejor hoy», dijo Nico, quien le dedicó la victoria a su padre, ya fallecido, quien lo acompañó durante toda su carrera.
Así, todo quedaba en manos de Serrano para el quinto punto. El nacido en Barcelona, que había insinuado buen tenis el viernes pese a algunos vaivenes, jugó más suelto ante Rodesch -cansado tras jugar un single y el dobles-, arriesgó mucho desde el servicio (seis aces) y la devolución (once ocasiones de quiebre tuvo) y apretó cuando debía para llevarse un triunfo que lo metió definitivamente en el corazón de los colombianos, tierra que siente más propia que España.
“El cambio (de jugar para Colombia en lugar de elegir a España) ha sido la mejor decisión que he tomado. La camiseta no fue un peso sino un honor, todo el equipo me apoyó y me hizo sentir increíble”, dijo un emocionado Soriano a daviscup.com.
Finalmente, Falla comentó: “Una remontada como esta está en el top de eliminatorias que hemos jugado por lo que se sufrió y lo que se disfrutó.. .Estuvimos al límite, no siempre se da, pero fuimos valientes y agresivos. Creo que los jugadores lo pudieron disfrutar y yo también lo disfruté en la cancha.”
Para ese entonces, la sala de conferencias parecía el propio estadio entre las emociones y sonrisas. De remate, Nico Mejía irrumpió cantando y revoleando la toalla para cerrar un fin de semana sufrido, pero que quedará en la memoria de Colombia en la Copa Davis.
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