La fecha tiene origen en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático suscrita en 1992 dentro de lo que se conoció como la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro e invita a la ciudadanía a reflexionar sobre nuestras conductas y la forma en que éstas influyen en el clima.
El calentamiento global y sus consecuencias sobre el sistema climático mundial son realidades que ya no admiten discusión. Así lo confirman el aumento del promedio de la temperatura del aire y los océanos, el derretimiento de glaciares y masas polares y el aumento del nivel del mar. Existe evidencia de que en los últimos 50 años en la mayoría de las áreas terrestres ha habido menor cantidad de días fríos y heladas, han aumentado los días cálidos y las precipitaciones intensas y las olas de calor han sido más frecuentes y prolongadas. El cambio climático constituye una amenaza apremiante para todas las sociedades del mundo y evitar que sus efectos resulten irreversibles es uno de los grandes desafíos del milenio tanto para nuestra generación como para las generaciones futuras.
Frente al cambio climático, existen dos tipos de acciones posibles. Por un lado, la mitigación que busca influir directamente a las causas del fenómeno mediante medidas destinadas a reducir los Gases de Efecto Invernadero (GEI) de la atmósfera causantes del calentamiento global, y por el otro la adaptación, que intenta minimizar o evitar los impactos negativos del cambio en el clima mediante el desarrollo de capacidades preventivas y de respuesta.
Esta fecha conmemorativa pone en la agenda pública de los ciudadanos la importancia de exigir la reducción de las emisiones de gases a través de un modelo de desarrollo más limpio y aumentar los mecanismos de captura de estos gases. Pero también es la oportunidad de validar las medidas de adaptación como el ajuste de los sistemas humanos o naturales en respuesta a estímulos climáticos presentes o futuros con el propósito de reducir los daños o aprovechar las oportunidades beneficiosas.
El planeta necesita con urgencia que se articulen y formulen programas, proyectos y planes de acción orientados a la adaptación al cambio, la disminución de la vulnerabilidad ante extremos climáticos y el acompañamiento de las medidas de mitigación adoptadas a nivel internacional.
El desafío de los países es desarrollar políticas de estado con el compromiso y eficacia necesarios para evitar o minimizar los impactos negativos que afectan la calidad de vida de los ciudadanos.
En el marco de esta fecha y con el objeto de concienciar a la sociedad sobre la necesidad de adoptar medidas frente al cambio climático y las emisiones contaminantes, así como ahorrar energía y aminorar la contaminación lumínica se realiza una actividad organizada por WWF denominada ¿La hora del Planeta¿ y que consiste en un apagón eléctrico voluntario, en el que se pide a hogares y empresas que apaguen las luces y otros aparatos eléctricos no indispensables durante una hora.
Fue así como el 25 de marzo, 150 países participaron en esta iniciativa apagando las luces de lugares emblemáticos como la Torre Eiffel. En Colombia además de apagar las luces entre las 8:30 y las 9:30 p.m., La Hora del Planeta culminó con la realización de ciclopaseos en diez ciudades de Colombia, a través de la iniciativa Móntate en el cambio.
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