Mercado Borbon/ Venta de frijoles nacionales de Upala, Tramo La Fortuna / Carlos Borbon06-10-2004

UN…El cañón del Chicamocha, en Santander, es una de las zonas más secas de Colombia. Allí la variabilidad climática está afectando la producción agrícola y por ende la economía de sus pobladores, lo cual ha hecho que este lugar sea catalogado como altamente vulnerable al calentamiento global.

Las comunidades de veredas aledañas se ven especialmente afectadas por factores como falta de diversidad en sus cultivos, escasa presencia institucional, precaria infraestructura vial, carencia de un banco de semillas y poca o nula accesibilidad a información climática actualizada. Todos estos factores influyen en la baja capacidad de adaptación de los pequeños agricultores ante dichos cambios.

Para que la población logre adecuarse es indispensable que conozca los riesgos que conlleva la variación climática y aprenda sobre la implementación de técnicas de agricultura de conservación. Además, es fundamental contar con un nivel de salubridad que le permita laborar.

Ante este panorama, la ingeniera agrónoma Jenny Carolina Orjuela decidió buscar soluciones aplicando la metodología crowdsourcing, con el fin de fortalecer la resiliencia en los sistemas basados en la agricultura.

El crowdsourcing, o evaluación masiva participativa, es una metodología implementada por Bioversity International desde 2012, dentro de su programa de investigación Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria. En el 2013, en el norte de Etiopía (África), 200 agricultores la utilizaron para evaluar variedades de trigo.

Comunidades elegidas

El objetivo de esta estrategia es involucrar masivamente a los agricultores como “ciudadanos científicos”, para la valoración de variedades de algún tipo de semilla. Así, cada agricultor siembra una combinación de tres variedades, dentro de una selección de diez, y las clasifica acorde a características como vigor temprano, rendimiento y calidad de grano.

La idea es facilitarles todo a los agricultores, razón por la cual los investigadores usan métodos ingeniosos de estadística para combinar las calificaciones, compartir los resultados y, con base en estos, identificar las mejores variedades para sus condiciones y preferencias.

Para aplicar el crowdsourcing, la ingeniera agrónoma trabajó con tres comunidades aledañas al cañón del Chicamocha, específicamente las veredas Macaregua, San Francisco y Quebrada Seca, ubicadas en el municipio de Curití (Santander). También participó la vereda La Laja, ubicada en el municipio de San Gil.

Los dos municipios involucrados en la validación de la metodología hacen parte del epicentro frijolero del departamento. Curití y San Gil producen, cada uno, aproximadamente 600 toneladas de fríjol por semestre.

Entre las comunidades seleccionadas se escogieron 39 agricultores, quienes fueron encuestados mediante formularios de 67 preguntas, a través de las cuales se obtuvo información familiar, de la finca, de la elección del cultivo, del manejo agronómico del mismo y de la poscosecha. También se indagó su percepción sobre el cambio climático y el funcionamiento de su red social.

A partir de estos datos se hizo una caracterización y se conoció, entre otros aspectos, que la producción de fríjol se comercializa por intermediarios, principalmente de Villanueva, municipio aledaño tanto a Curití como a San Gil. Esa condición somete a los productores a la decisión del comerciante, quien establece el precio del producto y elige cuáles semillas utilizar, pues cuenta con un programa de producción y venta seleccionada.

A los agricultores participantes se les entregaron tres líneas de fríjol mejorado, resistente a sequías: la línea SER 16 y la variedad ICA Quimbaya, provenientes de la colección de germoplasma de fríjol del Programa de Recursos Genéticos del Centro de Investigación en Agricultura Tropical; la variedad SAB618, de la Fundación para la Investigación y el Desarrollo Agrícola; y la variedad local Radical San Gil, obtenida a través del único distribuidor de la zona, ubicado en Villanueva.

A cada agricultor le fue entregado un set de cuatro paquetes de cada una de las variedades, diferenciadas por una letra. Teniendo en cuenta que ninguno de ellos conocía el nombre de la variedad que estaba cultivando, se generó expectativa sobre los resultados.

Una vez sembradas las líneas de fríjol, el agricultor evaluó el cultivo, calificando en una tabla de observación aspectos como emergencia de la planta, floración, aparición y llenado de la vaina, y tolerancia a enfermedades y plagas. Cada una de estas variables fue valorada como muy buena (MB), buena (B), aceptable (A) y mala (M), en todas las fases fenológicas de las semillas.

La mejor variedad

Con el objetivo de lograr una comprensión de las interacciones entre el cultivo y el clima, se obtuvieron datos climáticos de los lugares donde se encontraban ubicados los ensayos de campo. Así, fueron instalados sensores ambientales sencillos en 16 de las 39 fincas involucradas en la metodología, para medir temperatura y humedad relativa.

En su interés por conocer todo el proceso y brindar asesorías, la investigadora Orjuela llamó a los cultivadores una vez por semana, para indagar acerca del comportamiento de las plantas. Adicionalmente, realizó cuatro visitas a las comunidades durante el desarrollo de la metodología, con el fin de captar información adicional a la del ensayo de campo.

Mediante el crowdsourcing, los agricultores seleccionaron la variedad de fríjol ICA Quimbaya como la más tolerante a altas temperaturas. En el caso de SER16, si bien presentó mayor rendimiento, los cultivadores no la prefirieron por el tamaño pequeño y el color rojo oscuro del grano.

La metodología tuvo una excelente aceptación y quienes fueron instruidos esperan replicarla entre otros miembros de la comunidad para seleccionar variedades y trabajar, incluso, con cultivos diferentes. Así, se reduce el riesgo de una crisis alimentaria en la zona, ya que los labriegos ahora cuentan con las herramientas necesarias para adaptarse mejor al cambio climático y están en capacidad de seleccionar semillas resistentes, en caso de requerirlas.