Agencia de Noticias UN- Una lámpara purificadora de aire, un sistema de mesetas para diseñar paredes verdes y un filtro económico para recolectar agua lluvia fueron propuestos por estudiantes de Diseño Industrial de la Universidad Nacional.
Spirant, como los estudiantes decidieron llamarlo, es una lámpara purificadora de aire, basada en el estudio de la NASA Clean Air Study, que buscaba plantas capaces de limpiar el aire en las estaciones espaciales. Consiste en la inserción de hiedra en un sistema que podría parecer cualquier lámpara convencional con un bombillo ahorrador.
La lámpara purificadora spirant limpia el aire gracias a la planta que se encuentra en su interior. La temperatura del bombillo genera una corriente de aire ascendente que se lleva el oxígeno que produce la planta a partir de la iluminación.
Como explica Humberto Muñoz, docente que dirigió el proyecto junto con la profesora Isabel Cristina, del Taller de Laboratorio III, el aire caliente tiende a subir porque es menos denso que el frío y genera una corriente que ayuda a liberar el aire purificado de manera más rápida.
Por otro lado, Teray es un sistema de mesetas modulares, que podría ser una alternativa para el diseño de paredes. El concepto parte del juego entre las terrazas verdes y las materas tradicionales, y cuenta con fibra de coco para capturar la humedad, mientras el agua es almacenada en un contenedor cerámico, que riega la planta cuando esta lo requiere.
Se diseñó con un costo mucho más bajo y con valor agregado, pues gracias a la fusión de materiales se enriquece estéticamente.
Como explica el docente, la fibra de coco riega la planta y la mantiene hidratada. El hecho de ser modular le permite hacer combinaciones de terrazas verdes internas y externas, evitando la humedad.
El objetivo es reducir los fenómenos ambientales que derivan de la deforestación urbana. La instalación, modulación y el precio hacen que sea una buena alternativa para crear espacios verdes.
El tercer prototipo es un contenedor doble que almacena hasta 2.100 cm3 de abono. El módulo, que cuenta con un orificio en el costado, permite recolectar agua lluvia, con una capacidad máxima de 370 cm en el tanque. El material está pensado para mantener el agua en buen estado, pues la cerámica brinda propiedades impermeables y de asepsia que evitan los gérmenes.
Como el tema central del taller era el agua, otro grupo de estudiantes diseñó un prototipo pensando en una realidad nacional, específicamente de Yopal, región que, a pesar de contar con recursos de regalías, tiene un sistema de acueducto muy básico.
El prototipo recoge el agua lluvia, que pasa por un filtro que purifica el agua y que incluso evita el chikunguña. Está diseñado con materiales muy ligeros y de bajo costo, como la guadua y el plástico; además, cuenta con un sistema de pliegue, que permite ubicarlo donde se requiera para la recolección de agua.